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Aceleradores del metabolismo (Mito o verdad)

1- Tomar mucha agua acelera el metabolismo Mito:  tomar mucha agua nos ayuda a sentirnos más llenas pero no acelera el metabolismo. Tomar agua o un caldo antes de comer nos ayuda a saciarnos antes por lo que comeremos menos. 2- Comer muy cerca de la hora de acostarse aumenta el peso más fácilmente porque el metabolismo disminuye en la noche. Mito:  Lo importante es la cantidad de calorías consumidas durante el día y si se han distribuido durante el día. Muchas veces las personas tienen la tendencia de comer más en la noche, alimentos ricos en calorías lo que provoca el aumento de peso. 3- Comer fuera de hora hace que el metabolismo trabaje más lento por lo que aumentaremos de peso más fácilmente. Mito:  En esencia se trata de la cantidad de calorías consumidas en 24 horas, aunque comer todas las calorías en una sola comida versus distribuirla durante el día puede hacer que el metabolismo trabaje más lento. Lo único que acelera el metabolismo es la comida, lo...

Siguiendo el ejemplo de ellas

Cuántas veces lo que hacemos parece no tener trascendencia! No imaginamos el alcance que pueden tener nuestras acciones o decisiones en un momento dado. En una ocasión, un grupo de mujeres oyeron la voz de Dios y su respuesta fue la obediencia aun cuando sus acciones iban en contra de lo establecido culturalmente. Pero Jesús vino…ellas lo conocieron y tanto Su Palabra como Su Mensaje transformaron sus vidas, llenándolas de esperanza y gozo. Su respuesta fue seguirle donde quiera que Él iba. ‘’Y poco después, El comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del Reino de Dios; con El iban los doce, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y muchas otras que de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de ellos’’ . Lucas 8:1-3 Estas mujeres servían al Señor con tod...

Conoce la historia de María Elena

Me llamo María Elena Bonilla, vivo en Guatemala.  Tengo la bendición de  estar casada con Roberto Lorenzana y la dicha de tener dos hijos, José Roberto y María Sofía de 11 y 9 años. Conocí a Aviva Nuestros Corazones a través de la página de Facebook de la Iglesia Bautista Internacional cuando se anunciaban las transmisiones en español del programa de Nancy Leigh DeMoss. La primera serie que escuché fue una sobre Isaías 40; desde entonces en cada una de las series que he seguido, el Señor ha hablado a mi corazón, permitiéndome conocer aspectos de Él que no conocía y he sido confrontada muchas veces con cosas que nunca creí que estuvieran mal. He aprendido que si quiero tener una relación íntima con el Señor debo ser intencional en ello; a veces en las actividades del día me doy cuenta que no he podido tener un momento a solas con Él, pero entendí que no puedo  esperar a que ese momento aparezca mágicamente, debe ser algo que yo...

Conoce la historia de Laura Pérez

Me enteré de Aviva Nuestros Corazones a través de Revive Our Hearts. Yo escuchaba los programas de Nancy casi todos los días en mi carro en el camino al trabajo y de regreso. Me encanta como Nancy puede tomar la Verdad de Dios, que se encuentra en la Biblia, y aplicarla a las vidas de las mujeres. Cambió mi forma de pensar sobre temas como la pureza, la familia, la mujer, la ropa y apariencia; y me enseñó  cómo  ser mentora y mostrar hospitalidad a otros. Para mi Nancy es una de mis mentoras que me enseña la Palabra de Dios, y me muestra cómo aplicarla a la vida cotidiana—algo que no siempre es fácil. Después me enteré de Aviva Nuestros Corazones a través de una carta informativa que mandó Revive Our Hearts. En la carta informativa nos pedían que consideráramos como podríamos ayudar en el ministerio para alcanzar las mujeres de Latinoamérica. No mucho después envié un correo a ROH para ver si podía asistir en la traducción de materiales. Y así es como empecé a ayuda...

¿Qué nos motiva?

Al día de hoy, tengo más de dos décadas de haber recibido a Jesús como mi Salvador; más de una, casada con el amor de mi juventud, y como si todo esto fuera poco, soy madre de 3 hermosos pequeños. Desde que terminé el colegio e ingresé a la Universidad sabía claramente que mi mayor deseo era ser esposa y mamá.  Ya tenía lo más importante que era el novio, mi anhelo era de acuerdo al diseño de Dios por lo que mis planes tenían apariencia de piedad. El escenario se veía perfecto y se dieron las condiciones ideales.  Me preparé, estudié y traté de tener mi mundo bajo control.  Todo lucía insuperable, con sobreabundantes bendiciones, cuán buen Dios! Muchos años después cuando mi orgullo fue mancillado pude ver claramente que mi motivación carecía de lo más importante: el propósito de hacerlo para Su gloria y no la mía. Cuán engañoso es el corazón! Si solamente me hubiera quedado en tener un buen matrimonio e hijos sanos bien cuidados y felices, por el resto de mis...

Loor a las madres - Segunda Parte

“He aquí, don del SEÑOR son los hijos;         y recompensa es el fruto del vientre” Salmo 127:3 Hoy muchas mujeres, aún en los círculos cristianos, quieren evitar el embarazo, en ocasiones  porque  no quieren  deformar su cuerpo; pero esa es solo una de las razones. Otras veces son razones económicas, la limitación de su tiempo en aras de la atención de los hijos y sobretodo la realización profesional, porque la mujer moderna considera que una carrera fuera del hogar es mucho más valiosa y le da más satisfacción que la maternidad. Actualmente las mujeres que prefieren ser madres quedan descalificadas y se les ve como anticuadas,  ya que la ausencia de un título académico, dedicarse al cuidado del hogar y el hecho de no tener un salario producido por ellas mismas, es sinónimo de fracaso y dependencia. Y los resultados de haber distorsionado el diseño de Dios para la mujer lo estamos viviendo dolorosamente. La insubordin...

Loor a las madres - Primera Parte

“He aquí, don del SEÑOR son los hijos;         y recompensa es el fruto del vientre” Salmo 127:3 “Cantemos a las madres su ternura y su afán y su noble atributo de abnegación sin par”. Así dice uno de los versos del himno a las madres escrito por la dominicana Trina Moya de Vásquez. Desde siempre el rol de la madre ha sido  motivo de exaltación. Muchos pueblos tienen un  día especial dedicado  a honrarle, a enaltecer sus virtudes y su capacidad de entrega. El sacrificio de una madre, desde el momento de la concepción, la crianza y el renunciamiento al momento de salir los hijos  de la casa dejando el nido vacío, es algo digno de encomio. El corazón de una madre está hecho de un material que no se daña ni se corroe. Su ritmo cardíaco es el ritmo del amor incondicional. Se contrae de emoción y gozo con el logro y la alegría de sus hijos, pero  de igual modo se contrae de dolor cuando los ve fracasar en sus proyecto...