La paz que experimentamos como cristianos, es un regalo de Dios y es algo que el mundo no conoce. Para poder vivirla a diario, debemos trabajar en ello. Decidir confiar, descansar, esperar en Dios, antes que en nuestras capacidades. 1 Timoteo 4:7 “Ejercitarnos”. Es un fruto del espíritu, un don espiritual. No podemos fingirla... para ejercitarnos debemos confiar en la obra del espíritu en nuestro carácter. Todas la anhelamos, pero, ¿cuántas cosas dejamos que entren en nuestro corazón que la alejan de nosotras? Maneras en la que dejó que el Espíritu obre en mi: Tener relaciones sanas: Romanos 12:18 “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”. Debemos procurar armonía y edificación. “Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación” Romanos 14:19 Son decisiones constantes en cada relación. Si queremos experimentar una vida plena en paz, debemos trabajar. El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal,