Ya hemos mencionado que ser una esposa sumisa no es ser menos ya que tanto el esposo y la esposa son iguales ante Dios, tampoco es ser una mujer esclava, o alguien sin libertad de expresión. La sumisión de la esposa hacia su esposo debe ser de forma voluntaria y amorosa, debe ser con esa misma humildad, y sumisión que tiene al obedecer a Dios. El Espíritu Santo nos ayuda y capacita para vivir una vida de sumisión tanto a Dios como al esposo. Tenemos un claro ejemplo de sumisión en Cristo, quien se sometió al Padre. Todas las organizaciones desde las más grandes compañías a la más pequeñas; tienen una autoridad suprema . Nadie debería tratar a sus superiores con falta de respeto y desconsideración por el puesto que lidera. Las Escrituras también dejan establecido un orden en el matrimonio el marido tiene autoridad sobre la mujer, como Cristo tiene autoridad sobre la iglesia . En un matrimonio bueno y piadoso, ambos deben estar sometidos unos a otros por amor a Cristo to