... el amor no tiene envidia. (1 Corintios 13:4) 1) La naturaleza de la envidia: La envidia puede ser definida como el descontento y desagrado ante la prosperidad y felicidad de otros. (Es decir, comparándonos a nosotros mismos con otras personas, nos sentimos descontentos y molestos al ver que prosperan más que nosotros). Por naturaleza, cada persona ama el primer lugar, la preeminencia y no puede soportar el hecho de que otros sean superiores en honores o privilegios. El "yo" debe ser superior a todos. La envidia y los celos se manifiestan cuando nos sentimos insatisfechos al ver la prosperidad de otros. Deberíamos regocijarnos en su bienestar. Pero la envidia no nos permite disfrutar lo que tenemos. Tal como sucedió con Amán, a pesar de la prosperidad y los privilegios que hemos disfrutado decimos: "Mas todo esto nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey" (Ester 5:13). La envidia se deleita al ver que la prosp