Por Joy Mc Clain Yo era una esposa dispuesta a guardar mis votos, a pesar de todo. Yo deseaba algo bueno –un matrimonio piadoso. Sin embargo me equivoqué cuando puse esa demanda en mi esposo, quien iba tras su amante: el alcohol. Él estaba preso en la cárcel de la adicción, mientras yo era cautiva de mi dolor. Si estás esperando algún cambio en tu esposo, primero que nada, tu dolor es legítimo. Es extremadamente duro. Pero ninguna de tus lágrimas u oraciones serán en vano. Hay un gran valor en tu espera, oración, esperanza y rendición. Dios desea trabajar en tu matrimonio, pero debe empezar contigo. Aquí hay algunas verdades a considerar mientras esperas: Pide sabiduría al Señor. Esto es vital para una esposa en circunstancias difíciles. La niebla del dolor dificulta el juicio; busca consejo sabio y en oración toma decisiones que vayan acorde a la Palabra de Dios.. Si existe algún abuso físico o de cualquier índole, ¡sal de esa situación inmediatamente y busca ayuda! Recue