Hoy en día vemos con mucha tristeza como esta generación se va degradando de la manera más terrible, jóvenes que van tras sus propias pasiones, lleno de desenfrenos y actos liberales perversos. No quieren oír y saber sobre el bien, sobre Cristo y Su santa Palabra. Ignorando las terribles consecuencias que obtendrán por sus pecados, y de la paga que está les otorgará. Soy una joven que creció en un hogar cristiano, desde muy pequeña fui instruida en las cosas del Señor por mis padres, se me enseño a temer a Dios y a honrar Su Palabra, debo decir que el guardar todo esto, me libro y restringió de cometer pecados degradantes en esta parte de mi juventud. Hasta el día que el Señor me otorgo Su gracia de salvación, le estoy muy agradecida a mi Dios por bendecirme, y darme una vida nueva, y un nuevo corazón. Siento mucha pena que esto no haya sucedido así con mis hermanas de sangre, que a pesar de que ellas crecieron conmigo escuchando las mismas cosas de Dios, con el pasar el ti