En la cultura en que vivimos, existen ciertos principios que se adjudican a una determinada posición o rol en particular; cuando realmente deben aplicarse a todas las relaciones; ese es el caso del término sumisión. Esta palabra parece provocar alergia a muchas personas, porque estamos viviendo en un mundo que rechaza el concepto de la autoridad; y, en especial en el caso de las mujeres, porque muchas entienden que es un término denigrante, que implica inferioridad y que solamente se aplica a ellas, en especial si están casadas. Sin embargo, esta manera de pensar es errónea ya que el término sumisión no se aplica solamente a la mujer, ni surgió con el matrimonio. Este concepto tiene su origen en Dios mismo. Lo encontramos en la naturaleza o esencia de Dios, ya que es una de las características que adornan a un Dios Trino que existe en tres personas. Las Escrituras nos enseñan que el Hijo está sujeto al Padre, lo mismo que el Espíritu Santo. Cuando leemos la declar