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Conoce la historia de Laura Pérez

Me enteré de Aviva Nuestros Corazones a través de Revive Our Hearts. Yo escuchaba los programas de Nancy casi todos los días en mi carro en el camino al trabajo y de regreso. Me encanta como Nancy puede tomar la Verdad de Dios, que se encuentra en la Biblia, y aplicarla a las vidas de las mujeres. Cambió mi forma de pensar sobre temas como la pureza, la familia, la mujer, la ropa y apariencia; y me enseñó  cómo  ser mentora y mostrar hospitalidad a otros. Para mi Nancy es una de mis mentoras que me enseña la Palabra de Dios, y me muestra cómo aplicarla a la vida cotidiana—algo que no siempre es fácil. Después me enteré de Aviva Nuestros Corazones a través de una carta informativa que mandó Revive Our Hearts. En la carta informativa nos pedían que consideráramos como podríamos ayudar en el ministerio para alcanzar las mujeres de Latinoamérica. No mucho después envié un correo a ROH para ver si podía asistir en la traducción de materiales. Y así es como empecé a ayuda...

¿Qué nos motiva?

Al día de hoy, tengo más de dos décadas de haber recibido a Jesús como mi Salvador; más de una, casada con el amor de mi juventud, y como si todo esto fuera poco, soy madre de 3 hermosos pequeños. Desde que terminé el colegio e ingresé a la Universidad sabía claramente que mi mayor deseo era ser esposa y mamá.  Ya tenía lo más importante que era el novio, mi anhelo era de acuerdo al diseño de Dios por lo que mis planes tenían apariencia de piedad. El escenario se veía perfecto y se dieron las condiciones ideales.  Me preparé, estudié y traté de tener mi mundo bajo control.  Todo lucía insuperable, con sobreabundantes bendiciones, cuán buen Dios! Muchos años después cuando mi orgullo fue mancillado pude ver claramente que mi motivación carecía de lo más importante: el propósito de hacerlo para Su gloria y no la mía. Cuán engañoso es el corazón! Si solamente me hubiera quedado en tener un buen matrimonio e hijos sanos bien cuidados y felices, por el resto de mis...

Loor a las madres - Segunda Parte

“He aquí, don del SEÑOR son los hijos;         y recompensa es el fruto del vientre” Salmo 127:3 Hoy muchas mujeres, aún en los círculos cristianos, quieren evitar el embarazo, en ocasiones  porque  no quieren  deformar su cuerpo; pero esa es solo una de las razones. Otras veces son razones económicas, la limitación de su tiempo en aras de la atención de los hijos y sobretodo la realización profesional, porque la mujer moderna considera que una carrera fuera del hogar es mucho más valiosa y le da más satisfacción que la maternidad. Actualmente las mujeres que prefieren ser madres quedan descalificadas y se les ve como anticuadas,  ya que la ausencia de un título académico, dedicarse al cuidado del hogar y el hecho de no tener un salario producido por ellas mismas, es sinónimo de fracaso y dependencia. Y los resultados de haber distorsionado el diseño de Dios para la mujer lo estamos viviendo dolorosamente. La insubordin...

Loor a las madres - Primera Parte

“He aquí, don del SEÑOR son los hijos;         y recompensa es el fruto del vientre” Salmo 127:3 “Cantemos a las madres su ternura y su afán y su noble atributo de abnegación sin par”. Así dice uno de los versos del himno a las madres escrito por la dominicana Trina Moya de Vásquez. Desde siempre el rol de la madre ha sido  motivo de exaltación. Muchos pueblos tienen un  día especial dedicado  a honrarle, a enaltecer sus virtudes y su capacidad de entrega. El sacrificio de una madre, desde el momento de la concepción, la crianza y el renunciamiento al momento de salir los hijos  de la casa dejando el nido vacío, es algo digno de encomio. El corazón de una madre está hecho de un material que no se daña ni se corroe. Su ritmo cardíaco es el ritmo del amor incondicional. Se contrae de emoción y gozo con el logro y la alegría de sus hijos, pero  de igual modo se contrae de dolor cuando los ve fracasar en sus proyecto...

Conoce la historia de Piroska

Cuando entregué mi vida al Señor el 16 de Septiembre del 2006, nunca hubiera imaginado los planes que Dios tenía  para mi vida. Eran planes que yo nunca hubiera ideado. Desde que nací de nuevo el Señor empezó a transformar mi manera de pensar, mi manera de sentir y al mismo tiempo empezó a transformar mi manera de actuar. Sólo por Su Gracia el Señor me llevó de ser una mujer independiente y controladora, llena de rencor y de orgullo, donde todas mis prioridades estaban fuera del orden divino, a ser una mujer sujeta a Su Palabra. Él me ha ido transformando y cambiando a través de La Escritura, a través de mi comunión personal con Él, a través de mi pastor y de mujeres sabias y piadosas que el Señor ha puesto en mi camino.   En ese tiempo fue cuando conocí a la hermana  Laura González de Chávez  y desde entonces me puse a su disposición para ayudar en cualquier ministerio. Recuerdo que desde entonces Laura me decía que había una posibilidad de hacer algunas tra...

Conoce la historia de Nora

La primera vez que supe de Aviva Nuestros Corazones y de Nancy Leigh DeMoss fue escuchando un programa de radio (WBMJ).  Todos los días sintonizaba el programa para escuchar sus lecciones.  Me impactó la profundidad y la claridad de su exposición unido a la verdad y sabiduría de sus palabras basadas en Las Sagradas Escrituras.  Los mensajes de Nancy no son solamente para refrescar el alma de la mujer y dar esperanza, sino que presenta la persona del Señor Jesucristo como ese Padre amante que se quiere dar a conocer a nosotras e intervenir diariamente en nuestras vidas y situaciones.  Al escuchar los mensajes por radio, me conecté a la página de Internet y comencé a comprar sus libros.  Como mi pasatiempo favorito es leer, compartía con mis amigas lo que iba aprendiendo y las animé a que los leyeran también.  Cuando nos reunimos compartimos lo que hemos aprendido. En el año 2005 fundé una organización sin fines de lucro dedicada al desarrollo del lid...

La sumisión - Tercera parte

La verdadera sumisión tiene dos enemigos constantes: el control y la manipulación. Podemos preguntarnos; ¿Cómo así? ¿Cuál es el problema ? “Yo me someto, yo soy su ayuda”. No obstante, aunque creemos que estamos sujetas y somos ayuda idónea, el deseo de control y la manipulación son una realidad de la conducta femenina.  El control, por un lado, se evidencia cuando constantemente le damos órdenes a nuestro esposo, en todas las áreas de su vida,  24/7,  sin tomar en cuenta su opinión ni respetar su punto de vista –queremos controlar la ropa que se va a poner, el uso de su tiempo, cuándo y dónde debemos socializar, qué debe decir, cuáles son sus amigos, dónde estacionarse…  hasta los ministerios en que debe servir en la iglesia. Aun delante de los demás tomamos la iniciativa de liderar las situaciones y llevar la voz cantante.  Cuando “ayudo”,  tristemente muchas veces estoy siendo controladora y sabia en mi propia opinión. Si consideras que estamos e...