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Loor a las madres - Segunda Parte

“He aquí, don del SEÑOR son los hijos;         y recompensa es el fruto del vientre” Salmo 127:3 Hoy muchas mujeres, aún en los círculos cristianos, quieren evitar el embarazo, en ocasiones  porque  no quieren  deformar su cuerpo; pero esa es solo una de las razones. Otras veces son razones económicas, la limitación de su tiempo en aras de la atención de los hijos y sobretodo la realización profesional, porque la mujer moderna considera que una carrera fuera del hogar es mucho más valiosa y le da más satisfacción que la maternidad. Actualmente las mujeres que prefieren ser madres quedan descalificadas y se les ve como anticuadas,  ya que la ausencia de un título académico, dedicarse al cuidado del hogar y el hecho de no tener un salario producido por ellas mismas, es sinónimo de fracaso y dependencia. Y los resultados de haber distorsionado el diseño de Dios para la mujer lo estamos viviendo dolorosamente. La insubordin...

Loor a las madres - Primera Parte

“He aquí, don del SEÑOR son los hijos;         y recompensa es el fruto del vientre” Salmo 127:3 “Cantemos a las madres su ternura y su afán y su noble atributo de abnegación sin par”. Así dice uno de los versos del himno a las madres escrito por la dominicana Trina Moya de Vásquez. Desde siempre el rol de la madre ha sido  motivo de exaltación. Muchos pueblos tienen un  día especial dedicado  a honrarle, a enaltecer sus virtudes y su capacidad de entrega. El sacrificio de una madre, desde el momento de la concepción, la crianza y el renunciamiento al momento de salir los hijos  de la casa dejando el nido vacío, es algo digno de encomio. El corazón de una madre está hecho de un material que no se daña ni se corroe. Su ritmo cardíaco es el ritmo del amor incondicional. Se contrae de emoción y gozo con el logro y la alegría de sus hijos, pero  de igual modo se contrae de dolor cuando los ve fracasar en sus proyecto...

Conoce la historia de Piroska

Cuando entregué mi vida al Señor el 16 de Septiembre del 2006, nunca hubiera imaginado los planes que Dios tenía  para mi vida. Eran planes que yo nunca hubiera ideado. Desde que nací de nuevo el Señor empezó a transformar mi manera de pensar, mi manera de sentir y al mismo tiempo empezó a transformar mi manera de actuar. Sólo por Su Gracia el Señor me llevó de ser una mujer independiente y controladora, llena de rencor y de orgullo, donde todas mis prioridades estaban fuera del orden divino, a ser una mujer sujeta a Su Palabra. Él me ha ido transformando y cambiando a través de La Escritura, a través de mi comunión personal con Él, a través de mi pastor y de mujeres sabias y piadosas que el Señor ha puesto en mi camino.   En ese tiempo fue cuando conocí a la hermana  Laura González de Chávez  y desde entonces me puse a su disposición para ayudar en cualquier ministerio. Recuerdo que desde entonces Laura me decía que había una posibilidad de hacer algunas tra...

Conoce la historia de Nora

La primera vez que supe de Aviva Nuestros Corazones y de Nancy Leigh DeMoss fue escuchando un programa de radio (WBMJ).  Todos los días sintonizaba el programa para escuchar sus lecciones.  Me impactó la profundidad y la claridad de su exposición unido a la verdad y sabiduría de sus palabras basadas en Las Sagradas Escrituras.  Los mensajes de Nancy no son solamente para refrescar el alma de la mujer y dar esperanza, sino que presenta la persona del Señor Jesucristo como ese Padre amante que se quiere dar a conocer a nosotras e intervenir diariamente en nuestras vidas y situaciones.  Al escuchar los mensajes por radio, me conecté a la página de Internet y comencé a comprar sus libros.  Como mi pasatiempo favorito es leer, compartía con mis amigas lo que iba aprendiendo y las animé a que los leyeran también.  Cuando nos reunimos compartimos lo que hemos aprendido. En el año 2005 fundé una organización sin fines de lucro dedicada al desarrollo del lid...

La sumisión - Tercera parte

La verdadera sumisión tiene dos enemigos constantes: el control y la manipulación. Podemos preguntarnos; ¿Cómo así? ¿Cuál es el problema ? “Yo me someto, yo soy su ayuda”. No obstante, aunque creemos que estamos sujetas y somos ayuda idónea, el deseo de control y la manipulación son una realidad de la conducta femenina.  El control, por un lado, se evidencia cuando constantemente le damos órdenes a nuestro esposo, en todas las áreas de su vida,  24/7,  sin tomar en cuenta su opinión ni respetar su punto de vista –queremos controlar la ropa que se va a poner, el uso de su tiempo, cuándo y dónde debemos socializar, qué debe decir, cuáles son sus amigos, dónde estacionarse…  hasta los ministerios en que debe servir en la iglesia. Aun delante de los demás tomamos la iniciativa de liderar las situaciones y llevar la voz cantante.  Cuando “ayudo”,  tristemente muchas veces estoy siendo controladora y sabia en mi propia opinión. Si consideras que estamos e...

La sumisión - Segunda parte

Las Escrituras son muy explícitas respecto al tema de la sumisión. Siendo esto así,  deberíamos  preguntarnos:  ¿Cuál es entonces el problema que surge con  la sumisión dentro del matrimonio? Para no entrar en opiniones personales, veamos  lo que Dios dice en Su Palabra. Vamos a dirigirnos  al Huerto del Edén, donde encontraremos la respuesta a nuestra interrogante. En Génesis 2:18, 20-25 aprendemos que al crear al hombre, Dios los creó “varón y hembra”, uniéndolos en “una sola carne” y asignándoles roles específicos dentro de esa unión. Así tenemos que Dios creó a Eva con el propósito de que fuera el complemento, la ayuda idónea de Adán, cuando dijo “no es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea”. Y en ese momento de la creación, se formaron dos seres a imagen de Dios, iguales en valor y dignidad pero con roles distintos y llamados a unirse y ser  una sola carne. El rol del hombre era de autoridad, liderazgo y amor; y, por otra...

La sumisión - Primera parte

En la cultura en que vivimos, existen ciertos principios  que se adjudican a una determinada posición o rol en particular; cuando realmente deben aplicarse  a todas las relaciones; ese es el caso del término  sumisión. Esta palabra parece provocar alergia a muchas personas, porque estamos viviendo en un mundo que rechaza el concepto de la autoridad; y, en especial en el caso de  las mujeres, porque muchas entienden que es un término denigrante, que implica inferioridad y que solamente se aplica a ellas, en especial si están casadas. Sin embargo, esta manera de pensar es errónea ya que el término  sumisión     no se aplica solamente a la mujer, ni surgió con el matrimonio. Este concepto tiene su origen en Dios mismo.  Lo encontramos en la naturaleza o esencia de Dios, ya que es una de las características que adornan a un Dios Trino que existe en tres personas. Las Escrituras nos enseñan que el Hijo está sujeto al Padre, lo mismo que el Es...