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Gladys Aylward | El poder de una fe como la de una niña

Si Dios te ha llamado a China o a cualquier otro lugar y en tu corazón te sientes segura de ello, no permitas que nada te detenga… recuerda que es Dios quien te ha llamado y es lo mismo como cuando llamó a Moisés o a Samuel. – Gladys Aylward Hace algunos años, mi esposo y yo nos sentimos impulsados por Dios a iniciar un centro de estudios de entrenamiento en discipulado.  La idea era completamente impráctica. Habíamos escrito libros y dado conferencias por muchos años y nuestro ministerio estaba bien establecido, pero, por supuesto, no contábamos con los recursos para comprar todo un campus universitario. De hecho, ni siquiera sabíamos que hubiese uno disponible. No teníamos una organización ni una iglesia grande respaldándonos para ayudar a financiar los esfuerzos de un ministerio de tal magnitud. Solo éramos nosotros dos y un puñado de fieles miembros del personal. Sabíamos de muchos cristianos alrededor del mundo que estaban buscando entrenamiento espiritual centrado en e...

Betty Scott Stam | Una vida de rendición

Esta publicación fue escrita por Nancy DeMoss Wolgemuth con Mindy Kroesche. Uno de los retos de una rendición absoluta a Cristo es que no sabemos lo que hay adelante.  Indudablemente, algunas nos sentiríamos más motivadas a rendirnos, si Dios  nos entregara un contrato con todos los detalles debidamente completados.  Nos gustaría saber qué esperar. Queremos ver la letra pequeña, para leerlo todo, reflexionar al respecto y luego decidir si pondremos nuestra firma en la línea punteada. Pero esa no es la manera en que Dios hace las cosas. En lugar de eso, Él dice,  “Aquí tienes una hoja en blanco. Quiero que escribas tu nombre en la línea al final, y me la devuelvas, yo me encargaré de completar los detalles.  ¿Por qué? Porque Yo soy Dios; porque te he adquirido por precio; porque soy digno de confiar; porque sabes cuánto te amo; porque vives para Mi gloria y no para satisfacer tu auto-exaltación ni independencia. Entrega incondicional Betty Scott Stam ...

Katherine Ferguson | Pionera de la primera clase de Escuela Dominical

Por: Heidi Jo Fulk Teniendo solamente siete años, la última oración a Dios que Katherine Ferguson escuchó de labios de su madre, fue apenas unas horas antes de que fueran separadas debido a la esclavitud para el resto de la vida de Katherine.  Su madre encomendó a su muy amada hija en las manos de Dios.   Por el resto de su vida, Katherine decidió creer y vivir esa oración.  Ella le pertenecía a Dios. La esperanza de libertad era una cualidad traspasada por generaciones en la familia de Katherine. Su abuela Sowei, miembro de la tribu Mende, había sido capturada por traficantes de esclavos en la Bahía de Biafra en la costa occidental de África, y llevada a Estados Unidos.  Dio a luz a su primer bebé, ya siendo esclava, poco después de llegar a Estados Unidos, y luego le nacieron dos hijos más, incluyendo la madre de Katherine.  Sowei soñaba con que sus hijos fueran libres y plantó esa semilla de esperanza en Hannah. La madre de Katherine, Hanna...

Fanny Crosby: Su historia, su canción

Por: Lindsay Carlson Fanny Crosby es, por mucho, una de las escritoras de himnos más reconocida, amada y de más influencia en la historia. Probablemente has cantado muchos de sus himnos. “En Jesucristo, Mártir de Paz, “A Dios sea la Gloria” “Alabadle, alabadle, Jesús nuestro bendito Redentor”, “Por todo el camino mi Salvador me conduce”, “Rescue the Perishing” son algunos de su vasto repertorio. Pero puede ser que estés menos familiarizada con su historia y cómo encontró un lugar en los corazones de quienes con gozo cantan sus himnos. Frances Jane Crosby nació en 1820 y perdió su vista desde pequeña. Mientras la mayoría de las familias se sentirían devastadas por tan abrumadora discapacidad, la familia de Fanny vio la pérdida como un acto de providencia divina. Su madre, Mercy Crosby, le enseñó, “a veces la Providencia priva a las personas de alguna facultad física para que el entendimiento espiritual pueda ser despertado a plenitud.”1 La familia conocía a Dios como su “fuent...

Sabina Wurmbrand | Fidelidad radical, perdón hermoso

Por: Leanna Shepard “Soy el sargento Harsh.  Severo es mi apellido (“harsh” en inglés, equivale a severo) y soy severa por naturaleza. No lo olvides”. La guardia soviética se presentó y vociferaba órdenes mientras otros guardias uniformados empujaban a las prisioneras. El cuarto estaba oscuro y abarrotado. El terror se aferró a las prisioneras como el moho que amenazaba con apoderarse de las húmedas paredes de concreto. Esto era Jilava, el primero de cinco campos comunistas de prisioneros donde Sabina Wurmbrand estuvo presa desde 1950 hasta 1953. La joven Sabina nació en 1913 en un hogar judío ortodoxo en Rumanía, donde la sola mención del nombre de Cristo estaba prohibida. Al llegar a la edad adulta, Sabina “superó” su estricta crianza judía, considerándose a sí misma como una judía sin religión, decidiendo vivir una vida inmoral y salvaje durante su adolescencia e inicios de sus veintes. Mientras visitaba a un tío en Bucarest, Sabina conoció al guapo y alto Richar...

Mary Slessor de Calabar | La gran madre

Me encontraba en mi acogedor estudio, sorbiendo una taza de té, mientras leía acerca de Mary Slessor (1848-1915) me sentía profundamente consciente de lo diferentes que eran nuestras vidas en cuanto a comodidades y cultura. Aun así, mi corazón late junto al suyo. Amamos y servimos al mismo Señor. Ciertamente yo tenía mucho que aprender de ella.  Espero que la devoción de Mary por Cristo nos ayude a “considerar cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras”  (Heb. 10:24) Un puesto de honor Nacida en 1848 en una familia pobre en Aberdeen, Escocia; su carácter fuerte se hizo evidente desde su juventud, al pasar catorce años trabajando en una fábrica con jornadas de doce horas diarias para ayudar a su madre con el sostenimiento de sus seis hermanos.  El carácter fuerte no asegura grandeza; usar esa fortaleza para servir a su Rey fue lo que distinguió a Mary. Las experiencias tristes en su hogar no detuvieron su vida. Más bien, la prepararon para lo que v...