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Ana: Una madre piadosa

Y para esta mañana como usted sabe, la semana pasada terminamos 1ra de Timoteo, y mi esposa me dijo, ¿no vas a entrar a 2da Timoteo, o si? Realmente necesitas hablar acerca del día de las madres. Ella siempre apoya eso en el día de las madres. Y yo le dije, bueno no he hecho eso en varios años. Y ella dijo, si hace siete años atrás hablaste de Ana y creo que debes hacerlo otra vez, en este día de las madres. Y entonces, yo le dije, si mi amor, haré eso. Y eso es lo que voy a hacer en esta mañana, y no lo hago con resistencia alguna, sino con gozo y felicidad. Hace siete años atrás lo hice. Vimos el perfil de una madre piadosa en la vida de Ana, ha sido mucho tiempo y necesito refrescarme con la historia entera.

Realmente para regresar, y me emocioné de nuevo, el prospecto de lo que podemos aprender de este relato maravilloso. Abra su Biblia en 1ro de Samuel capítulo 1. 1ro de Samuel capítulo 1. Jay dijo en 1914 que el Congreso identificó el día de las Madres como un día de cierta prominencia para nuestro país, ya en un Domingo realmente, no en un día de asueto oficial, pero tuvo el sello del gobierno, de la aprobación del gobierno mediante un acto formal por parte del presidente, y debía observarse.

Unos 6 años antes de eso, en 1908 Miss Anna Jarvis de Filadelfia observó el primer día de las madres por sí misma queriendo celebrar la memoria de su madre. Y creyeron que otras personas querían compartir sus mismos sentimientos, ella comenzó a promover por la nación, realmente en una campaña a nivel nacional el hacer que el país entero estuviera alerta a la necesidad de un día de las madres. Y finalmente, 6 años después el Congreso afirmó eso mediante una firma del Presidente, y ahora es a nivel nacional y es una tradición, un legado, ha ido más allá de nuestra nación a otras naciones del mundo también.

Si usted regresa en nuestra historia a la primera parte de este siglo en particular, usted puede leer algunos tributos muy interesantes escritos a las madres. Si usted resulta leer algunas cosas que fueron escritas en torno al día de las madres en diferentes ocasiones, usted va a entender como la gente se sintió acerca de la maternidad en esos días. Me encontré con uno interesante, escrito por un hombre llamado W. L. Caldwell, escrito en 1928. Escuche lo que él dijo acerca de las madres: “Bueno, bien podríamos pausar para honrar a aquella a quién después de Jesucristo es el mejor regalo de Dios para los hombres, la madre. Fue ella quien compartió su vida con nosotros, cuando nuestros miembros todavía no habían sido formados.

En el valle de la sombra de muerte ella caminó para que pudiéramos tener la luz de la vida. En sus brazos estuvo nuestro alimento y el refugio suave para nuestro reposo. Ahí encontramos nuestro nido en la hora del dolor, ahí estuvo el patio de juego para nuestro gozo infantil. Esos mismos brazos más tarde se convirtieron en nuestro refugio y fortaleza, fue ella quien enseño a nuestros pies como bebés a caminar, y nos levantó por encima de lugares difíciles de pisar. Sus manos benditas trabajaron con la aguja día y noche para hacer nuestra ropa. Ella colocó el libro debajo de nuestro brazo y nos envió a la escuela.

Pero, lo mejor de todo, ella enseño a nuestros labios de bebé a pronunciar el nombre de Jesús, y nos contó primero la historia maravillosa del amor de un Salvador.

Y después él procedió a decir. El orgullo de Estados Unidos de Norteamérica son sus madres. Hay madres impías como la Jezabel de la antigüedad, hay madres no naturales que venden a sus hijos al pecado, hay madres maldecidas por el pecado, empapadas de ron, que se han entregado al abandono, para quien su maternidad exhibe su vergüenza. No obstante, me da gusto creer, que comparativamente hay pocas en esta categoría”. (Fin de la cita.)

¿Pocas, pocas madres infieles, pocas madres manchadas por el pecado, pocas madres vergonzosas? quizás pocas en 1928, pero no tan pocas el día de hoy. ¿Cuál es la condición de la maternidad en Estados Unidos? ¿Acaso las madres todavía son objeto del orgullo de esta tierra? Encontré algo más que fue escrito como un tributo a la madre en décadas pasadas.

Dice así: ‘La madre joven colocó su pie en el camino de la vida. ¿Es largo el camino? preguntó ella. Y el guía de ella dijo: Sí, y el camino es difícil y envejecerás antes de que llegues al final del camino. Pero el final será mejor que el principio. Pero la madre joven estaba feliz, y ella no podía creer que algo pudiera ser mejor que estos años. Entonces, ella jugó con sus hijos y recogió flores para ellos a lo largo del camino. Y los bañó en los arroyos de agua cristalina, y el sol brilló en ellos, y la vida era buena. Y la madre joven clamó: nada jamás será más hermoso que esto.

Y después la noche vino y la tormenta, y el camino fue oscuro, y los hijos se sacudieron con temor y frio. Y la madre los acercó a ella y los cubrió con su manto. Y los hijos dijeron: Oh madre, no tenemos miedo, porque tú estás cerca y ningún daño puede venir en contra de nosotros.

Y la madre dijo: esto es mejor que el brillo del día, porque le he enseñado a mis hijos la valentía. Y la mañana vino, y hubo un monte por delante, y los hijos subieron y se cansaron y la madre estaba cansada, pero en todo momento ella le dijo a los hijos, un poco de paciencia y estaremos ahí. Entonces los hijos escalaron, y cuando llegaron a la cima dijeron: no podríamos haberlo hecho sin ti, madre. Y la madre cuando se acostó esa noche, miró hacia arriba a las estrellas, y dijo: este es un día mejor que el último, porque mis hijos han aprendido la fortaleza frente a la dificultad. Ayer les di valentía, hoy les he dado fortaleza. Y al día siguiente vinieron nubes extrañas, que oscurecieron la tierra. Nubes de guerra y odio y maldad.

Y los hijos se tambalearon y tropezaron, y la madre dijo: miren hacia arriba. Que sus ojos vean la luz. Y los hijos miraron, y vieron por encima de las nubes una gloria eterna, y los llevó más allá de la oscuridad. Esa noche la madre habló de Jesús y dijo: este es el mejor día de todos, porque les he mostrado a mis hijos a Dios.

Y siguieron los días, y las semanas, y los meses, y los años y la madre envejeció y ella se había encogido y estaba encorvada. Pero los hijos eran altos y estaban fuertes y caminaron con fe y valentía. Y cuando el camino fue difícil de pisar, ellos la levantaron a ella, porque ella era tan ligera como una pluma.

Y al final llegaron a un monte, y más allá del monte podían ver un camino brillante, y puertas de oro que estaban abiertas. Y la madre dijo: he llegado al final de mi viaje y ahora sé que el final es mejor que el principio, porque mis hijos pueden caminar solos, porque caminan con Dios. Y los hijos dijeron: tú siempre caminarás con nosotros, madre. Inclusive cuando hallas pasado por las puertas y hallas llegado al Salvador. Y ellos se quedaron de pie, y la vieron conforme avanzó sola, y las puertas se cerraron detrás de ella, y ellos dijeron: no podemos verla, pero todavía está con nosotros. Una madre como nosotros es más que una memoria, ella es una presencia viviente.

Es un tributo hermoso, ¿no es cierto? No parece encajar con 1987 en Estados Unidos. Ciertamente no encaja con millones de abortos, madres matando a sus hijos. Ciertamente no encaja con un par de millones de divorcios, abandonando a sus hijos. Ciertamente no encaja con casi un cuarto de todos los bebés naciendo de manera ilegítima. De tal manera que no tienen hogar, ni familia, tal como las familias fueron diseñadas. Ciertamente no encaja con millones de hijos golpeados, las victimas del enojo de sus madres. Caldwell también dijo, a quien le cité hace un momento, diciendo que ninguna nación es más fuerte que sus madres, porque ellas son las hacedoras de hombres. Él tiene razón, como usted sabe. Él tiene razón.

Ellas son las hacedoras de hombres. Pablo le escribió a Timoteo y dijo: la mujer se salvará al dar luz a hijos. 1ra Timoteo 2:15. ¿Qué quiso decir él? Él quiso que la función salvadora, la virtud, la tarea, la meta de las mujeres es criar a hijos piadosos. Mientras que por un lado la mujer podría llevar un estigma por haber guiado en la caída en el Huerto del Edén, ella revierte ese estigma al guiar, al producir una generación piadosa mediante la influencia espiritual a sus hijos. Pero todo parece estar tan fuera de moda, y ser tan irrelevante para las mujeres que han decidido que la función real de una mujer es una carrera.

De hecho, creo que lo único que realmente queda del día de la madre es el comercialismo. Ciertamente no está siendo perpetuado por personas que aman a las madres, sino que está siendo perpetuado por gente que ama el dinero.

La maternidad en nuestro día, francamente ha sido devastada. Es objeto de burla, el matrimonio ha sido profanado, la responsabilidad de los padres es evadida, los hijos son masacrados por el aborto, las madres ejercen egoísmo en su trabajo y en su entretenimiento, con la meta de alcanzar su propia satisfacción. Con poca consideración hacia sus hijos, a quienes ignoran en gran parte. Pero el estándar de Dios no ha cambiado, y es apropiado que demos otra mirada a lo que Dios quiere que sea la maternidad. El llamado más elevado que una mujer jamás conocerá.

Las mujeres piadosas, Pablo le dijo a Tito, deben ensenarles a las mujeres más jóvenes a amar a sus maridos, a amar a sus hijos, a ser castas, puras, cuidadosas de su casa. Una viuda que debe ser colocada en la lista, según 1ra de Timoteo 5:10, es la que crió hijos que ha criado una generación piadosa. Ese ha sido el estándar de Dios siempre, este es el diseño para las mujeres. Todo comenzó con Sara quien fue un regalo de Dios para Abraham. Sara, un modelo de fe; Sara, un modelo de obediencia; Sara, a quien se le dio un hijo ya más tarde en su vida. No obstante, demostró la fe y la santidad de vida que hace del matrimonio, la maternidad, lo que debe ser.

Estuvo el ejemplo de Raquel, cuyas últimas palabras antes de que su vida dejará su cuerpo, se llevaron a cabo en el nacimiento de uno de sus hijos a quien ella llamó Ben-Oni, un hijo de tristeza. Estuvo Jocabed, la madre de Moisés. Y María, quien peleó por la vida de ese niño quien fue agradable para Dios. Débora, llamada por Dios una madre en Israel. Ruth, la mujer gentil de espíritu dulce que amó y sacrificó, y fue bendecida al ser madre de Obed, quien engendró a Isaí, quien engendró a David, de cuya simiente el Mesías vino. Y estuvo Elizabeth esa madre dulce, llena de gracia, del más grande profeta que jamás vivió, Juan el Bautista. Claro, estuvo María la madre de nuestro Señor.

Pero cuando la Biblia detalla el honor que merece una madre, no se da más detalle, alguna madre, más allá de Ana. La conocemos en 1ro de Samuel 1. Ana, su nombre habla de su belleza, significa gracia. Y de hecho ella es el emblema de gracia y de feminidad. Ella se volvió una madre por la fe. Ella parece inicialmente como 1ro de Samuel abre, como una mujer sin hijos. Después ella se convierte en una madre, la madre de uno de los hombres más grandes que jamás caminaron sobre la tierra, Samuel. Y conforme usted ve el relato del nacimiento de Samuel, usted observa el perfil de una madre piadosa.

Conforme el libro abre es el periodo de los Jueces, no hay todavía un rey en Israel, es un tiempo de turbulencia, es un tiempo de confusión, es un tiempo cuando Israel es vulnerable a los Filisteos, es un tiempo cuando moralmente están en bancarrota, es un tiempo cuando su religión se ha enfriado, y es un tiempo para que un gran hombre se levante y tome el liderazgo de la nación, un periodo de degeneración religiosa, de turbulencia política. Con la muerte de Sansón, el país se dividió y no quedó líder. Los filisteos estaban al borde, el sacerdocio era corrupto, los escándalos morales inundaban las familias de los sacerdotes.

La nación era débil, la nación era impotente y lo peor de todo, capítulo 3, versículo 1 dice, ‘la palabra de Jehová era rara en esos días, y las visiones no eran frecuentes.’ Dios inclusive no tuvo nada que decir. La nación necesitaba a un gran líder, a un gran hombre, y Dios necesitaba una gran mujer para moldear a ese gran hombre. Y Samuel, uno de los hombres más grandes que jamás caminó sobre la tierra, no solo fue el producto de la obra de Dios, sino el producto de una madre piadosa. Y ella le dio a su nación y al mundo, el legado más grande que una mujer jamás puede darle, un hijo piadoso.

El versículo 1 comienza, ‘hubo un varón de Ramatá en Desofín, del Monte de Efraín’, esto está alrededor del Monte Efraín. Dice, ‘un hombre que se llamaba Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo. Y tenía él dos mujeres, el nombre de una era Ana, y el de la otra Penina. Y Penina tenía hijos, más Ana no los tenía’. Él estaba casado con dos mujeres, Penina y Ana. Ana, por cierto, significa Gracia, era un nombre común en el Oriente, conforme se nos presenta esta historia quiero que veamos tres cosas que presentan el perfil de una madre piadosa.

Ella tuvo una relación correcta con su marido, ella tuvo una relación correcta con Dios, y ella tuvo una relación correcta con el hogar, esas tres cosas sobresalen y presentan un perfil de ella para nosotros.

En primer lugar, consideraremos su relación correcta con su marido. Y quiero decir que desde el principio, es esencial que usted entienda esto, la relación más importante en una familia al criar hijos piadosos, no es la relación entre los padres y los hijos, es la relación entre la madre y el padre. Lo que usted le enseña a sus hijos mediante su relación domina su manera de pensar.

Están aprendiendo acerca de las relaciones humanas por parte de ustedes dos, están aprendiendo acerca de la virtud, están aprendiendo acerca del pecado, están aprendiendo acerca del amor, están aprendiendo acerca del perdón, están aprendiendo acerca de la empatía, están aprendiendo acerca del entendimiento, están aprendiendo acerca de la compasión, están aprendiendo acerca de la virtud, están aprendiendo acerca de la honestidad y la integridad, están observando. Y mucho más importante que su relación con su hijo a largo plazo, es la relación que usted tiene con su cónyuge, eso es proyectado a su hijo. Y entonces desde el principio la palabra de Dios es clara en enseñarnos la relación entre Ana y Elcana.

Ahora en primer lugar, permítame decirle que esa no fue una relación perfecta, así que damas, deben comenzar a reconocer que no están casadas con un hombre perfecto, eso se da por sentado. Y quiero que entienda lo que dice en las Escrituras, Ana estaba casada con un polígamo. Ahora no sé cómo le caería esto a usted como mujer, pero me puedo imaginar, y también le puedo decir que no le cayó mejor a Ana que a usted, tener a una rival en la casa, tener a otra esposa en la casa. Y lo peor de todo, ella está produciendo niños y niñas y Ana no tiene ninguno. Y entonces ella es la infructífera, la esposa que no produce, que no puede darle a su marido aquello que el corazón de ella más anhela darle.

Él no fue un hombre perfecto, el hecho mismo de que él fue polígamo indica su imperfección, pero entienda esto, esto es un tiempo primitivo, y la poligamia fue parte de la cultura humana, nunca fue el diseño de Dios, nunca. El diseño de Dios siempre fue un hombre, una mujer, dejando a sus padres, uniéndose de por vida y convirtiéndose en una carne, desde Génesis en adelante. Pero la sociedad humana estaba llena de poligamia, y cuando la verdad de Dios llegó a la sociedad humana, la poligamia se había esparcido tanto, que tomó tiempo arrancarla.

Muy parecido a un misionero que había en la actualidad, a un campo extranjero, y le da el evangelio a una civilización de gente, y encuentra que esas personas se vuelven a Cristo, pero están envueltos en todo tipo de relaciones matrimoniales polígamas, que demandan varias generaciones desenredar. Entonces así fue en el mundo antiguo.

Y entonces Elcana creó para Ana una situación muy difícil. No conocemos los detalles, pero bien pudo haber sido que él se casó con Penina debido a la esterilidad de Ana, y para producir una generación que podía entonces poseer la herencia de él. Y entonces eso habría hecho inclusive el dolor más profundo porque Penina vino para hacer eso en esa unión, lo que Ana no podía hacer. No una relación perfecta. No obstante, una buena, una correcta.

Permítame mostrarle porque, en primer lugar, compartieron la adoración. Ahora este hombre, ‘Elcana, todos los años subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo’, no significa que él fue una vez al año, significa que él fue cada año. En Deuteronomio capítulo 16, versículo 16, explica la prescripción, tres veces al año. Si, fue la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de las semanas y la fiesta de los tabernáculos.

El hombre tenía que ir al lugar de adoración, en este tiempo en particular en 1ro de Samuel, el lugar de adoración estaba en Silo, porque allí era donde el Arca del Pacto estaba ubicada antes de que fuera transferida a Jerusalén. Entonces por lo menos esas tres veces al año todos los hombres tenían que ir y hacer eso, él lo hizo, él era un hombre que adoraba. Y él fue y ofreció su sacrificio al Señor.

En el versículo 3 señala que los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, quienes Eli, siendo el sumo sacerdote, también eran sumos sacerdotes para el Señor ahí. Son hombres malos, y son presentados en contraste a Elcana. Elcana era un hombre piadoso y un adorador verdadero, y los hijos mismos del sumo sacerdote eran hombres malos, hombres impíos como veremos, este era un hombre que adoraba. Ella tuvo un marido creyente, digámoslo así. Ella tuvo un marido devoto, ella tuvo un adorador, él no fue perfecto, él era un polígamo, y esa era una violación de la ley de Dios. Y cada vez que esa ley era violada habían consecuencias muy negativas, y siempre produce dolor y sufrimiento, y ellos tuvieron eso en esa familia, lo puede creer.

Y Penina remarcaba que ella tenía hijos y Ana no tenia, pero a pesar de todo eso, él fue un hombre que creyó en Dios, un hombre que adoró a Dios, dicho de manera simple, ella tuvo un marido creyente. Y ese el primer prerrequisito para criar hijos piadosos. Las aliento, como siempre lo he hecho, a las mujeres jóvenes cuando se casen, cásense con alguien que ama al Señor Jesucristo porque ustedes necesitan esa cabeza espiritual.

Ana tuvo eso, y a pesar de la dificultad de esa relación polígama, ella tuvo a un marido piadoso quien fue un líder espiritual, en contraste a Ofni y a Finees, quienes aunque eran sacerdotes e hijos del sumo de sacerdote eran tan carnales, y tan viles, y tan impíos como los hombres pueden ser. Y aquí está el primer aspecto entonces de una relación correcta entre un marido y una esposa, adoran juntos, adoran juntos. Básico, básico.

La adoración de usted es vital en proyectarle piedad a sus hijos. Esa es la razón por la que allá atrás desde el pentateuco, el primer juego de libros escritos cuando Dios estaba estableciendo las leyes para su pueblo. En el capítulo 7 de Deuteronomio él dijo, ‘cuando Jehová tu Dios, te traiga a la tierra que estas entrando para poseerla, la tierra de Canaán, y haya quitado muchas naciones delante de ti’, y El nombra las naciones, ‘cuando Jehová tu Dios las entregue delante de ti, y tú las derrotes, entonces las destruirás del todo, no harás pacto con ellas, no les mostraras favor’. Después escuche esto versículo 3, ‘no te casaras con ellas, no darás a tus hijas a sus hijos, ni tomaras a sus hijas para tus hijos, porque volverán a tus hijos de seguirme a mí para servir a otros dioses’, mantente alejado de matrimonios mixtos.

En el penúltimo capítulo de Josué, en el versículo 11, repitiendo el mismo mandato, ‘Tengan cuidado de amar a Jehová vuestro Dios. Si llegan a regresar y a aferrarse al resto de estas naciones, estas que permanecen entre vosotros y se casan con ellas de tal manera que se asocien con ellas y ellas con vosotros, vosotros sabréis con certeza que Jehová vuestro Dios no continuara expulsando a estas naciones de delante de vosotros, si no que os serán lazo y trampa a vosotros y un látigo en vuestro costados y espinos en vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta tierra buena que Jehová vuestro Dios os ha dado’, si regresan y se casan con ellos van a perderlo todo. No hagan eso.

Ese mismo mandato es repetido más adelante en la historia de Israel cuando salieron de la cautividad para reconstruir, específicamente en Esdras, versículos 10 al 15. Usted llega al Nuevo Testamento en 1ra de Corintios Pablo dice en el capítulo 7, ‘solo cásense en el Señor’. En 2da de Corintios 6:14, ‘no os unáis en yugo desigual con los incrédulos, ¿porque que concordia tiene Cristo con Satanás? ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas?’ Y como pueden los padres, Efesios 6:4, criar a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor si uno de ellos es un incrédulo.

Ahora bendecimos a Dios, que por su gracia Él puede superar el hecho de que, si usted tiene un marido incrédulo, bien podría ser que cuando usted se casó, usted tampoco era cristiana, y usted ha sido traída a Cristo y su marido no. Bien podría ser que usted se casó con un incrédulo como cristiana, sabiendo que lo estaba haciendo, y Dios en su gracia puede superar todas esas circunstancias. No obstante, su propósito es que los piadosos se casen con los piadosos por causa de la próxima generación. Desde el principio comenzamos entonces con que compartieron la adoración, tan vital. Como adora usted, le enseña volúmenes de información a sus hijos.

¿Es usted fiel, es usted fiel en venir y reunirse con el pueblo redimido de Dios, semana tras semana? ¿es usted fiel, en hacer que la palabra de Dios sea la prioridad en su vida? ¿es usted fiel, en que la oración tenga un lugar prominente en su experiencia espiritual? ¿es usted fiel en vivir lo que usted afirma creer? En otras palabras, la actitud de su devoción espiritual está enseñando un cristianismo a sus hijos que tendrán dificultad en superar, si de hecho es menos de lo que debe ser. En segundo lugar, no solo tuvieron una relación correcta en su matrimonio, debido a que adoraba juntos, sino que, en segundo lugar, compartieron amor. Observe el versículo 4.

‘Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, una de esas ocasiones cuando él viajó a Silo, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte, pero a Ana daba una parte escogida porque amaba a Ana. Deténgase en ese punto, él no amaba a Penina, esa es la implicación. Penina estaba ahí para producir los hijos que Ana no podía tener, Penina estaba ahí para crear un futuro para su familia, para la familia de él, para la herencia de él.

Pero Ana era la que él amaba, y él no intento esconder eso. Y cuando fueron a ofrecer sus sacrificios, no sé si usted sabe cómo funcionaba eso, pero iban a ofrecer sacrificios de paz y ofrecían el sacrificio en el altar ahí. El sacerdote tomaba una parte pequeña, después la mayor parte del sacrificio regresaba a la familia y tener una fiesta. Y cuando estaban en la fiesta, distribuían una doble porción a Ana porque ella era la que él amaba, este era un gesto en el Este para un invitado de honor. Ella era la que tenía el corazón de él, y no solo fue el amor de la emoción, fue el amor de la amabilidad, y el amor de la consideración, y el amor del sacrificio, el amor del honor. Él amaba, y este amor fue la seguridad de ella.

Hombres, si no lo saben aún, deben saberlo. La seguridad de una mujer está en el amor que ustedes tienen por ella. No en su cuenta de banco, no en una casa grande, no en muebles nuevos, no en un plan de retiro. Una mujer encuentra su seguridad en el amor de usted, de su marido. Y necesita ser demostrado con tanta frecuencia que nunca haya duda al respecto. La gente se pregunta con frecuencia ¿Por qué  las mujeres tienden a sospechar de sus maridos? Y se preguntan si quizás tienen alguna otra atracción o están coqueteando con alguna otra persona, y la razón es que, porque está tan arraigado profundamente en una mujer, que su seguridad está en el amor de su marido, y así fue con Elcana y Ana,

Y ella estaba segura en el amor de él, porque él tomó el tiempo de demostrar su amor a ella en maneras muy públicas, así como lo hizo en esta fiesta en frente de todo mundo. Ellos compartieron amor y de esta manera ella estaba segura en ese amor. Y ella necesitaba eso, créame, cuando él tenía otra esposa. Ahora a usted no le gustaría eso en absoluto y tampoco a ella le gustó, y ella necesitaba esa seguridad de amor. No es interesante como Dios en su providencia, equilibró las cosas. Ana tenía el amor de Elcana, Penina quien no tuvo el amor de él, tuvo los hijos que Dios le permitió a ella engendrar para recibir el amor de ellos. Dios mostró gracia a todos ellos, compartieron amor. 

Vital, vital en ser una madre piadosa, es en compartir el amor de su marido, de tal manera que hay seguridad ahí, hay una calidez ahí, una confianza ahí, una quietud ahí. Está la ausencia de ansiedad y frustración, de tal manera que la mujer puede entregarse a los hijos. Y no siempre sentir, que ella tiene que ser la reina del concurso de belleza para ganarse el afecto de su marido. Una vez que el marido con su amor, abraza a esa mujer, la rodea con su amor, y la asegura. Entonces ella puede entregarse a los hijos de ella, y no tiene que sentirse que ella siempre tiene que pelear la batalla contra corriente para atraer a su marido.

En tercer lugar, compartieron otra cosa, compartieron sentimientos. Compartieron adoración, su relación con Dios fue una en común, compartieron amor y compartieron sentimientos. Observe el versículo 6. Y su rival, esa es Penina, la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos. Eso también es dicho al final del versículo 5, dos veces dice que el Señor había cerrado su vientre. Lo que está tratando de decir es que este no es el problema de Ana, el Señor hizo esto, el Señor cerró su vientre. Y que Penina la molestaba, usted sabe ese tipo de situación, ‘que pena que no puedes tener hijos Ana’, simplemente clavando el puñal, y sucedía año tras año.

Así hacia cada año, cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así, por lo cual Ana lloraba y no comía. Aquí ella va a la fiesta grande. Elcana muestra empatía, dándole de manera amorosa una doble porción. Ella no quiere comer nada porque del otro lado de la mesa Penina realmente está remarcando el hecho de que ella no tiene hijos. La respuesta, a mí no me habría gustado estar en la posición de Elcana tratando a unir a estas dos mujeres, pero Elcana su marido, le dijo a ella, ¿Ana porque lloras, porque no comes, y porque esta afligido tu corazón, no te soy yo mejor que diez hijos? Compartieron sentimientos. Hombre, él entendió los sentimientos de ella, y él no actuó de manera autoritaria, él hizo una pregunta, ¿Por qué estás haciendo esto, Ana, no te he sido mejor que diez hijos?

¡Un corazón tan compasivo! Algunas de ustedes mujeres, están escribiendo esto porque quieren recordarle a su marido eso, entiendo eso. Podemos ser muy desconsiderados, muy desconsiderados. Y podemos ser muy prontos en dar respuestas inmediatas a todo sin oír el corazón. No Elcana, él conoció el conflicto, él supo que el conflicto se intensificó del lado de Penina, él sabía que era profundo y doloroso, y que era una situación muy muy difícil para ella. Entonces él fue tierno, y compasivo, y considerado, y él sintió los sentimientos de ella en su propio corazón. ¿Por qué es esta una mujer piadosa? Le voy a decir porque, la tierra es la correcta para producir una madre piadosa, ella tiene una relación correcta con su marido.

Ellos comparten adoración, la dimensión más profunda de la vida humana, ellos comparten amor, quizás la siguiente dimensión más profunda en la vida humana, comparten sentimientos, quizás la siguiente dimensión más profunda en la vida humana. Tienen una relación profunda, se mueven juntos en la presencia de Dios, el uno con el otro, y en los asuntos de la vida que involucran a otras personas.

En segundo lugar, conforme usted ve el perfil de una madre piadosa, ella tuvo una relación correcta con Dios, no solo las cosas estaban bien entre ella y su marido, y por cierto, no se dice nada de algún conflicto en su unión, en absoluto. No hay pista alguna de algún conflicto, y la mejor tierra en la que crece una mujer piadosa, es en la tierra de un marido piadoso, amoroso, que apoya, que es compasivo. Pero después ella tuvo una relación correcta con Dios, ella sabía a quién acudir con su problema, directo al Señor. Y hay varias virtudes que emanan de este aspecto. En primer lugar ella tuvo una pasión por lo mejor del Señor.

Simplemente usamos la palabra pasión, ella tuvo una pasión por lo mejor del Señor. ¿Qué queremos decir con eso? ella quería un hijo, ella quería de manera desesperada un hijo, ella quería un hijo tanto que ella lloró y ayunó. Su corazón estaba quebrantado por el hecho de que no podía tener un hijo, pero ella no tuvo un motivo egoísta. Ella no quería un hijo para vivir sus fantasías insatisfechas, ella no quería un hijo para vestirlo como el principito y desfilarlo.

Ella no quería un hijo para satisfacer su propia necesidad de amor, ella quería un hijo para entregárselo a Dios. Ella quería un hijo porque ella sabía que era lo mejor de Dios para una mujer. Y aunque Dios no llama a todas las mujeres a casarse, según primera de Corintios 7, Él le da algunas el don de soltería, y aunque hay ocasiones cuando para los propósitos propios de Dios, hace que una mujer sea estéril, o a un marido, de tal manera que ningún hijo puede nacer, todavía la norma aun así es el regalo de Dios.

El mejor regalo de Dios a las mujeres, el darles un hijo, los hijos son después todo, herencia del Señor. Y es Dios quien abre el vientre de una madre y hace que el corazón de ella se regocije. Ella deseaba un hijo porque ella quería lo mejor de Dios, ella quería honrar y glorificar a Dios, y ella sabía que el mejor regalo del amor de Dios jamás dado a una mujer es un hijo. Y lo que les estoy diciendo a ustedes, es que a una madre verdaderamente piadosa no es una madre que se reúsa a ser madre, no es una madre que ve a un hijo como una interrupción, no es una madre que va a posponer el nacimiento de un hijo por la mayor cantidad de tiempo posible para que ese hijo no afecte la agenda de ella, y se enoja cuando descubre que algún tipo de método anticonceptivo fue ineficaz.

Una madre verdaderamente piadosa, una mujer con el corazón de una madre, como Dios da a una madre ese corazón, es una que anhela tener un hijo, tiene una pasión por los hijos. Ve a un hijo como regalo de Dios, una bendición especial de su amor, un cumplimiento de la intención divina para las mujeres. Y ciertamente una esperanza para la siguiente generación al criar una simiente piadosa. Una madre piadosa anhela tener un hijo. Y si ella no tiene hijo, ella llora. No es un capricho, no es un acto de satisfacción personal para probar su feminidad, es que ella sabe que esto es lo mejor de Dios para las mujeres y que su corazón está insatisfecho.

Leí la historia esta semana de una madre, que dio a luz a un hijo, y el hijo murió. Y ella estaba recordando diez años después, y dijo que la tragedia no fue la muerte del hijo, sino que la tragedia fue la muerte de la maternidad. Ella podía soportar en este caso en particular, el hecho de que el pequeño había entrado en la presencia de Dios. Ella tuvo una mayor dificultad, tratando de enfrentar el hecho de que ella no podía ser una madre, ese es el corazón de una madre que anhela un hijo. Entonces ella se caracterizó por pasión, por lo mejor de Dios.

En segundo lugar, ella se caracterizó por la oración, ella sabía a dónde acudir. Y observe el versículo 9, ‘Ana se levantó después de comer y beber en Silo’. Obviamente ella quizás, había comido un poco bajo el aliento compasivo de su marido en el versículo 8, ella ahora ha completado eso en Silo. ‘Y mientras el sacerdote Eli, estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová’, el sumo sacerdote está en el templo, ella va ahí, ella vino al templo muy turbada, su alma estaba en amargura, literalmente dice, ‘y ella oró al Señor y lloró amargamente’, ella simplemente esta aplastada, aplastada.

Y ella hizo una promesa, un voto, ‘oh Señor’. Ella procede a hacer su voto, pero observen esto acerca de esta mujer piadosa. Ella fue una mujer de oración, es una característica hermosa. Ella entendió que Dios es la fuente de los hijos, ella entendió, que solo Dios podía alterar la esterilidad de ella. Su virtud distintiva fue la fe de ella, fe constante, versículo 12, mientras ella oraba largamente delante de Jehová, constantemente ella permaneció ahí, se quedó ahí, su corazón estaba quebrantado. Ella estaba derramando sus oraciones. Este es el espíritu de la oración verdadera, es algo marginal, pero, sabe una cosa, tenemos que preguntarnos en donde están nuestras verdaderas compasiones, porque oramos con tanta resistencia.

Vi un anuncio que me invitaba, y a otros líderes de iglesias, a venir a un Congreso Nacional de oración de Washington para orar, porque Dios convirtiera esta nación. Y decía, ‘ven al Congreso de oración, será en el Hyatt Regency, el cual incluye restaurantes, cines, un yacusi, un spa’, yo pensé allí esta, vayamos y oremos en el Hyatt Regency, en el spa. Realmente es muy triste. Quizás usted puede hacer que una multitud de gente ore, si el ambiente es de primera clase, ¿en dónde está el quebrantamiento? Bueno Ana no tuvo problemas con eso, ella no estaba preocupada por el ambiente, su corazón estaba destrozado.

Ella se metió al santuario de Dios, y ella comenzó a derramar su corazón en fe honesta abierta, en dependencia total de Dios y entregada a la oración. Ella sabía que era solo Dios el que formaba la vida en el vientre como el Salmo 139 dice.  Entonces su pasión se convirtió en oración, esto habla de su relación correcta con Dios, ella sabía dónde acudir con sus problemas. En tercer lugar, ella fue una mujer de promesa, no solo de pasión y oración, sino que, observe el versículo 11, ‘ella hizo un voto’, una promesa y dijo, ‘Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva’, ella vio el no tener hijos como una aflicción, ‘y te acordares de mí, no te olvidares de tu sierva’.

No significa que Él no sabía quién era ella. Pero acuérdate de mí, en el sentido de mi anhelo por un hijo, ‘y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón’. Aquí está la promesa, ‘yo lo dedicare a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza’, esa última parte pequeña fue un voto nazareo, descrito en Números 6:3 al 6.

Si un judío quería hacer un voto de consagración total a Dios, que no se cortaba su cabello, no se preocupaba por la apariencia física, no tomaba el vino y la bebida fuerte, se abstenía de los banquetes y las celebraciones y todo eso, viviendo una vida austera, consagrada, centrada en Dios. Muchos judíos hicieron un voto nazareo durante un corto periodo de tiempo. Tres de ellos en las Escrituras fueron nazareos de por vida: Sansón, Juan el Bautista y este niño, Samuel. Su vida entera, totalmente devotos y consagrados a Dios. Ninguna satisfacción personal en lo absoluto. Sin preocupaciones por la forma, o la apariencia, o la moda en lo absoluto.

Entonces ella el prometió a Dios, te daré este hijo, solo quiero estar satisfecha como madre. Solo quiero criar a un hijo piadoso, para devolvértelo a tu gloria y si tú me lo das yo te lo devolveré. Esta es la promesa de ella, presentar su hijo a Dios. Esa es la esencia de una madre piadosa, mientras que ella ora por ese hijo, ella ora por ese hijo, no por una razón equivocada, sino por una razón correcta para devolver ese hijo a Dios, de donde vino el hijo. Esa es la esencia de una madre piadosa, entregar el hijo a Dios, entregar el hijo a Dios.Mi madre únicamente tuvo un hijo, y yo soy ese hijo, antes de que yo naciera ella me dedico al Señor desde el nacimiento y le dijo a mi padre que ella quería un hijo que predicara el evangelio, ese es un legado maravilloso, y quizás eso no es lo que todo hijo va a hacer, no es lo que todo hijo debe hacer, pero toda madre piadosa va a entregar ese hijo al Señor para lo que Él tiene para él, lo mismo con una hija. Entonces Ana hizo su promesa.

Lo siguiente que vimos en Ana fue su pureza, Eli fue el sumo sacerdote, pero tengo que decirle, él realmente fue un mal sumo sacerdote, y tampoco nada podrá decirse de su discernimiento, mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Eli estaba observando la boca de ella, sentado ahí, él era un hombre grande, obeso. De hecho, cuando sus hijos murieron, él se sacudió tanto que se cayó, y cayó sobre su cuello y se lo rompió, y se mató. Entonces Eli está sentado ahí viéndola, ella estaba ahí derramando su corazón y llorando y clamando y ella está hablando en su corazón, ella no estaba hablando en voz alta, dice el versículo 13, ‘solamente se movían sus labios’.

¿Alguna vez ha tenido usted esa experiencia, en donde usted realmente está hablando en su corazón, pero sus labios se están moviendo? Aunque ni un sonido se oyó, y Eli la tuvo por ebria, ¿acaso él no tiene discernimiento? Ahora, no sé nada acerca de mi discernimiento en relación a otras personas, o en relación a Eli, pero quiero decirle, creo que puedo ver la diferencia entre un borracho y una mujer quebrantada en oración. Entonces Eli decidió adoptar la función espiritual, ¿hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino, le dice él a ella. Y Ana es tan amable y le respondió diciendo, no Señor mío, yo soy una mujer atribulada de espíritu, no he bebido ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.

Me estas juzgando de manera equivocada, no tengas a tu sierva por una mujer impía, eso nos habla un poco de beber vino o de bebida fuerte y su relación con la impiedad, con respecto a las mujeres, esa es una actitud del antiguo testamento, no me consideres así, porque la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.

Eli después de escuchar una respuesta tan lucida, Eli respondió y dijo, ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Es una especie de disculpa suave, pero él la tuvo de manera equivocada por ebria. No tengas a tu sierva por una mujer impía, literalmente un hijo de Beleal, sin valor, un término común, por cierto, en el Antiguo Testamento asociado con la idolatría. Deuteronomio 13, rebelión; 1ro de Samuel 2, actos sensuales de lujuria; en Jueces 19 y 20, un término usado para hablar de arrogancia y torpeza, en 1ro de Samuel 25, e inclusive homicidio, en 1ro de Reyes 21. No pienses que estoy en ese grupo, no soy ese tipo de persona. Ella era una mujer virtuosa, como la mujer de Proverbios 12:4 y 31:10.

Ella era una mujer piadosa, ella era una mujer pura. Entonces que aprendemos de esta mujer, ella tuvo una relación correcta con Dios, ella tuvo la pasión por lo mejor de Dios, ella oró en fé a Dios, ella hace una promesa con Dios, y muestra el motivo de su corazón. Y ahora encontramos su pureza. Ella es una mujer que no está asociada en absoluto con gente que es impía. La siguiente que vemos en términos de características viene en el versículo 18. Me encanta esto, y ella dijo, respondiéndole a Eli, halle tu sierva gracia delante de tus ojos, y se fue la mujer por su camino y comió, y no estuvo más triste. Ella podía comer ahora, ella no estaba triste. Dice usted ¿por qué? Le voy a decir por qué, porque ella tuvo fe paciente.

Ella tuvo fe paciente, ella se lo entregó a Dios. ¿Qué más podía hacer ella? ella no iba a permanecer frustrada, esto es fe verdadera. La fe verdadera no ora, oh Dios, aquí está mi problema, aquí está mi problema y se va en frustración total. Eso es realmente es duda. La fe dice, aquí esta Dios y se va, y ya no está triste, eso es confianza. Confió en ti, esta es la marca distintiva de una madre piadosa, una que confía de manera total en Dios. Ella hecha su carga sobre Dios y ahí se acabó. Ella se va, ella come, ella ya no está triste. Hay otra cosa acerca de esta mujer de la que le tengo que hablar por un momento.

Capítulo 2, versículos 1 al 10, ella no solo es una mujer de pasión y oración, y promesa, y pureza, y una mujer de fe paciente. Ella también es una mujer, me encanta esto, de alabanza. Cuando Dios le dio a ella el hijo, ¿Cuál fue la respuesta de ella? Ella oró y dijo, versículo 1, mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová, mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación. No hay santo como Jehová porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro.

Y ella sigue así hasta el versículo 10. Alabanza, gratitud, exaltación. Oh, esta es una mujer de alabanza, esta es una mujer con un corazón agradecido, cuando Dios le dio a ella ese hijo, ella expresó esa alabanza pura, inquebrantable que fluye de un alma agradecida.

De hecho, debería usted leer esos 10 versículos con cuidado, porque son una obra maestra de alabanza con todo tipo de elementos, muy parecidos al Magnificat de María, registrado en Lucas 1:46 al 55, en donde ella dice, engrandece mi alma al Señor, y después ella cubre esos elementos maravillosos de alabanza ante el prospecto del nacimiento de su propio hijo. Una madre piadosa es conocida por su alabanza, ese es el patrón.

Ella tiene una relación correcta con su marido, comparten adoración, comparten amor, comparten sentimientos profundos. Ella tiene una relación correcta con Dios, sus pasiones son las pasiones de Dios, ella es una mujer de oración, ella es una mujer de fe, ella es una mujer de pureza, ella es una mujer de promesa, ella es una mujer de alabanza, y finalmente, ella tuvo una relación correcta con su hogar.

Regresa al versículo 21 del capítulo 1. Ella tuvo una relación correcta con su hogar y esto es en referencia al hijo. En el versículo 21, después subió el varón Elcana, con toda su familia para ofrecer a Jehová el sacrifico acostumbrado y su voto, él está metido en su rutina y es un hombre fiel, y él lleva la familia entera y suben. Versículo 22, aquí llegamos, pero Ana no subió, ella no fue, sino dijo a su marido, yo no subiré hasta que el niño sea destetado, pero espera un minuto, eso es un par de años, Ana.

Tres años, no sé exactamente por cuanto tiempo Ana amamantó a Samuel, pero con toda seguridad varios años. Yo no subiré. Únicamente fue un viaje que habría tomado 2 o 3, semanas en el peor de los casos, en términos de duración, en subir ahí, y estar ahí durante una semana, viajar ahí y viajar de regreso. Son menos de 200 kilómetros de un extremo de Palestina al otro. Ella no quiso ir, ella no iría en lo absoluto, ¿Por qué? ella estaba dedicada al hijo, cuando Dios le dio a ella ese hijo, ella estuvo dedicada a ese hijo. Regrese al versículo 19, y veamos cómo comenzó todo, y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, marido y mujer adorando en la mañana juntos, ¿no es eso hermoso?

Juntos adorando al Señor, y volvieron y fueron a su casa en Ramá, y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella. Aconteció que al cumplirse el tiempo después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo por cuanto lo pedí a Jehová. Samuel quiere decir ‘oído por Dios’. Y hombre, una vez que ese hijo vino Ana dijo, este es el hijo de mi pasión, este es el hijo de mi voto, no voy a dejar a este hijo durante varias semanas, no voy a llevar este hijo pequeño conmigo y hacer que sea incómodo, porque habría necesitado caminar, el hijo necesita dormir, y el hijo necesita la gentileza del hogar, la quietud de un ambiente en donde se le está amamantando.

Hombre, eso está muy lejos de lo que vemos en la actualidad, ¿no es cierto? Mujeres teniendo bebes, y un par de meses más tarde dejando al bebe en alguna guardería, y ellas yéndose a trabajar. Pero no Ana, totalmente comprometida con quedarse en el hogar hasta que esa vida pequeña fuera preparada, hasta que esa pequeña vida fuera nutrida y amada, y sustentada, queriendo hablarle ese pequeño de la verdad de Dios, preparándolo para el tiempo cuando el pequeño sería depositado en el templo mismo. El hijo debe haber tenido por lo menos 3 años de edad. Esos fueron momentos tan importantes, momentos tan importantes. El pequeño está aprendiendo de su madre y amado por su madre.

Sin duda alguna ella tomó el mandato de Deuteronomio, y le enseño a ese pequeño todo el tiempo las cosas del Señor. Tan necesario, entréguese usted a ese hijo. Un hijo así fue un hombre llamado John Styles, el producto de una madre piadosa. Escuche los sentimientos de él, ‘he adorado en iglesias y capillas, he orado en la calle ocupada, he buscado a mi Dios y lo he encontrado en donde las olas de su océano golpean. Me he arrodillado en el bosque callado, en la sombra de algún árbol viejo, pero el más querido de todos mis altares fue la rodilla de mi madre. He escuchado a Dios en su templo, he escuchado su voz en la multitud, lo he oído hablar en donde rompen las olas fuerte y alto, en donde los vientos soplan de manera suave, en las copas de los arboles mi Dios me ha hablado, pero nunca lo he oído con tanta claridad como en la rodilla de mi madre.

Las cosas en mi vida que son dignas, nacieron en el pecho de mi madre y mi vida fue infundida por la maravilla del amor que la vida de ella expresó, los años que me han llevado a la vida adulta como hombre, me han hecho distanciarme de ella, pero la memoria me guarda de desviarme demasiado de las rodillas de mi madre. Dios, hazme el hombre de la visión de ella, y purifícame del egoísmo. Dios, mantenme fiel a los estándares de ella, y ayúdame a vivir para bendecir. Dios, santifica la influencia santa de los días que solían ser, y mantenme siendo un peregrino para siempre en el altar que se encuentra en la rodilla de mi madre’.

Ese fue el testimonio de Samuel, en los años en los que Ana se dedicó a sí misma a él. No hay un llamado más elevado sobre la faz de la tierra en la vida humana, que ese tipo de devoción por parte de una madre hacia su hijo. Ella no solo se dedicó al hijo, sino que, en segundo lugar, ella dedico a su hijo al Señor, versículo 24. Bueno de hecho, necesitamos leer el versículo 23, no lo leímos: ‘Y Elcana su marido le respondió, haz lo que bien te parezca, quédate hasta que lo destetes, solamente que cumpla Jehová su palabra, y se quedó la mujer y crió a su hijo hasta que lo destetó’. Y después al final del versículo 22 dice: ‘para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allá para siempre’.

Ella dedica el hijo destetado a Dios. Entonces versículo 24, ‘después que lo hubo destetado, lo llevo consigo, con tres becerros, un efa de harina y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo, y el niño era pequeño, y matando el becerro, trajeron el niño a Eli, y ella dijo, oh Señor mío, vive tu alma Señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, orando a Jehová, por este niño oraba y Jehová me dio lo que le pedí, yo pues lo dedico también a Jehová, todos los días que viva será de Jehová, y adoro allí a Jehová’.

Que escena, ella no buscó nada de él, Ella no buscó que él tuviera alguna carrera prominente en algún campo grande que fuera famoso, o que tuviera mucho dinero para que ella pudiera jactarse de él. Ella no busco que él fuera colocado en una situación en la que él tuviera lo suficiente para cuidar de ella, en la edad avanzada de ella, no. Ella entregó ese hijo a Dios. No obstante, nunca dejó ella su responsabilidad para con él. Observe el capítulo 2, versículo 18: ‘Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino’. En otras palabras, él estaba vestido como un sacerdote se vestía, como un niño pequeño, su vida entera estaba ministrando delante del Señor.

Y le hacia su madre, una túnica pequeña, versículo 19, y se la traía cada año cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado. Y Eli bendijo a Elcana y a su mujer diciendo, Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová. Y se volvieron a su casa, y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz 3 hijos y 2 hijas. Y el joven Samuel crecía delante de Jehová. Ella realmente nunca dejó su responsabilidad, cada vez que ella vino, ella vino con una pequeña túnica nueva para su Samuel que estaba creciendo. Ese es el resultado de una madre piadosa, y ahí está el principio de que usted nunca deja de ser madre, no importa cuán grande sean sus hijos. Dios la bendijo.

Me gustaría que tuviéramos tiempo de contrastar el resto de la narrativa, porque el resto del capítulo 2 y hasta el capítulo 3, y el capítulo 4, es la tragedia triste, terrible de la familia de Eli. Sus hijos fueron fornicarios, murieron. Y él mismo se cayó como dije, y murió, fue una escena trágica, fea. Y el comentario de las escrituras de Eli, fue que él no pudo refrenar a sus hijos de hacer maldad. Y su esposa nunca es mencionada, no sé qué parte tuvo ella, si es que tuvo alguna, pero ella estuvo muy distante de lo que Ana fue, al producir a Samuel el piadoso.

Ser una madre piadosa involucra una relación correcta con su marido, una relación correcta con Dios, y una relación correcta con el hogar. Ana tuvo todo eso, Dios la honró y ella nos da un modelo a seguir. Al cerrar permítame hacer un par de preguntas, ¿Qué dice esto y como aplicamos esto? En primer lugar, pregúntese a sí misma, ¿es usted una madre piadosa, es usted una madre piadosa? ¿se está preparando para ser una madre piadosa? ¿acaso usted si ya es mayor, está preparando mujeres más jóvenes para que sean madres piadosas?

Y a los hombres les digo, ¿están creando el ambiente en el que la piedad de tu esposa puede tener su mejor efecto? ¿y están criando hijos que van a guiar a sus esposas para que sean madres piadosas? Y a ustedes jóvenes les digo, ¿están honrando a su madre, están obedeciendo a su madre? si Dios te ha dado una madre piadosa, Dios te ha dado el mejor de los regalos, ninguna de ellas es perfecta, pero cuando aman al Señor Jesucristo, y han trasmitido eso a ti, te han dado lo más grande que te podían dar, ¿estas agradecido?

Y hay algunos que dirían, mi madre no fue piadosa, ¿estás orando por ella, estas orando por ella y pidiendo al Espíritu de Dios que de alguna manera te coloque bajo la influencia de una mujer piadosa que te pueda mostrar las cosas que tu madre nunca te ha mostrado? La esperanza para nuestra sociedad realmente se encuentra en lo que sucede en la generación siguiente. Y eso se encuentra en gran parte en las manos de mujeres piadosas. Inclinémonos juntos en oración.

Padre, gracias en esta mañana, por lo que has compartido con nosotros de nuevo, mediante la guía de tu Espíritu en la enseñanza de tu palabra, estamos refrescados. Refrescados de nuevo al ver con que claridad nos ha dado el patrón para criar una generación piadosa. Bendice a las madres de esta congregación, perdónalas Señor, como sé que lo haces por sus faltas, así como tú nos perdonas a padres por las nuestras. Fortalécelas a todas, a aquellas que desean ser madres, mantenlas avanzando para que ellas finalmente estén en ese lugar, en donde ellas pueden ser una madre piadosa. Aquellas que ya son madres en la actualidad, que vean las virtudes que son ejemplificadas en Ana, y las hagan su porción diaria.

Aquellas que están más allá de eso, cuyos hijos ya han crecido y ya no están, quizás que ellas instruyan a las más jóvenes. Y Dios, simplemente oramos porque tu des hijos a mujeres piadosas, hijos que serán criados para que sean fuertes, caminando con fe y valentía, para crear una segunda generación que vivirá para tu gloria, si Jesús tarda. Padre con este fin en mente oramos con gratitud por causa de Cristo. Amén.

  

  

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