por Verónica Vilugrón
Proverbios 31:28:
“Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba”
La mujer piadosa es una mujer dichosa, feliz y bendecida. Esta mujer busca primeramente el reino de Dios, y todas las cosas le son añadidas (incluida la felicidad), como leemos en Mateo 6:33:
“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
La dicha, o el ser feliz es un subproducto de honrar al Señor y de ponerlo a ÉL primero antes que cualquier otra cosa, aun antes de nuestra propia vida.
Los que buscan la felicidad y hacen ésta su meta, nunca la encontrarán. Los que buscan al Señor encuentran en Él su verdadera felicidad, lo encuentran TODO. No sólo felicidad en esta vida, sino una corona de gloria en la venidera.
ÉL satisface, llena el corazón que está consagrado a ÉL. Él es el tesoro.
Esta es la primera y única imagen que tenemos de los hijos de la mujer de proverbios 31, ya con estas simples palabras o con estas únicas palabras que podemos ver, nos habla mucho de ella.
Esta mujer tiene un corazón bondadoso, es una mujer que da.
La Palabra nos exhorta que si somos cristianas estamos llamadas a dar.
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada.
Ella era alabada por su esposo e hijos. Ellos, conociéndola de cerca, mejor y más que nadie, la alababan. Ella trabajaba tanto para su esposo y sus hijos que era reconocida y recompensada.
Esta tarea está asignada por Dios.
Si nos dedicamos y cumplimos con nuestras responsabilidades, recibiremos del Señor las palabras... “Bien hecho buena sierva fiel”.
No te des por vencida, cueste lo que cueste sigue perseverando.
Recibiremos la recompensa de parte del Señor, qué más maravilloso que eso?!
Proverbios 31:28:
“Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba”
La mujer piadosa es una mujer dichosa, feliz y bendecida. Esta mujer busca primeramente el reino de Dios, y todas las cosas le son añadidas (incluida la felicidad), como leemos en Mateo 6:33:
“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
La dicha, o el ser feliz es un subproducto de honrar al Señor y de ponerlo a ÉL primero antes que cualquier otra cosa, aun antes de nuestra propia vida.
Los que buscan la felicidad y hacen ésta su meta, nunca la encontrarán. Los que buscan al Señor encuentran en Él su verdadera felicidad, lo encuentran TODO. No sólo felicidad en esta vida, sino una corona de gloria en la venidera.
ÉL satisface, llena el corazón que está consagrado a ÉL. Él es el tesoro.
Esta es la primera y única imagen que tenemos de los hijos de la mujer de proverbios 31, ya con estas simples palabras o con estas únicas palabras que podemos ver, nos habla mucho de ella.
Esta mujer tiene un corazón bondadoso, es una mujer que da.
La Palabra nos exhorta que si somos cristianas estamos llamadas a dar.
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada.
Ella era alabada por su esposo e hijos. Ellos, conociéndola de cerca, mejor y más que nadie, la alababan. Ella trabajaba tanto para su esposo y sus hijos que era reconocida y recompensada.
Esta tarea está asignada por Dios.
Si nos dedicamos y cumplimos con nuestras responsabilidades, recibiremos del Señor las palabras... “Bien hecho buena sierva fiel”.
No te des por vencida, cueste lo que cueste sigue perseverando.
Recibiremos la recompensa de parte del Señor, qué más maravilloso que eso?!
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