Mi nombre es Débora, tengo 29 años, estoy casada desde hace 10 años y tengo un hijo de 4 años. Vivo en Bahía Blanca, Argentina.
Nací en un hogar cristiano y crecí pensando que como no había dado mucho trabajo a mis padres, Dios me amaba por lo buena niña y joven que yo era. Conocí a quien hoy es mi esposo y juntos servíamos al Señor. Yo trabaja y estudiaba y el tiempo que restaba lo usaba en actividades de la iglesia.
Las dos metas más importantes de mi vida eran ser una buena profesional y una líder de la iglesia.
El hogar no era una prioridad para mí. Por más de 6 años rehusé el salir embarazada y tener un hijo para que no estorbara mis planes. No era una esposa sujeta, ni respetuosa. En este tiempo fue que el Señor me mostró que yo no era una verdadera cristiana y que no vivía conforme a Su diseño.
Una hermana y amiga me compartió una serie de la mujer de proverbios 31, de Nancy Leigh DeMoss y fui muy confrontada. A través de esta serie Dios me dio convicción de pecado y me corrigió. A través de este estudio me exhortó a ser esa mujer que El queria que yo fuera. Todo esto llegó a mi vida junto con un proceso de mucha oración y humillación. Dios me había mostrado que yo no era una mujer conforme a Su corazón. Tuve que desintoxicarme de mi manera de vivir, ya que nada en mi vida honraba a Dios. Comenzando por mi forma de vestir, hasta mi manera de hablar, y mis planes para el futuro. El Señor abrió mis ojos y se reveló a mi corazón. Fui amonestada en mi rol como esposa y madre. El Señor tuvo que humillarme por el orgullo que había en mi corazón. Y por Su gracia El enderezó mis pasos y alumbró mi mente. El Señor ordenó mi vida. Hoy soy esposa y madre a tiempo completo. Ahora mi hogar es mi ministerio principal, educo a mi hijo en casa y oro que Dios me haga una esposa piadosa y más conforme a su palabra.
Comencé el estudio de proverbios 31 con un grupo de hermanas y desde entonces, gracias a los medios de comunicación, hemos podido crecer y ser ministradas por Dios a través las conferencias de True Woman, y los programas de Aviva Nuestros Corazones en la radio. El Señor ha usado a Nancy y a todo este ministerio para encaminar nuestros pasos y ordenar nuestros hogares y nuestra iglesia. Vimos la necesidad de compartir este mensaje con otras mujeres de nuestra comunidad y El Señor ha sido fiel, mostrando evidencias de Su poder en muchas familias de nuestra ciudad y de otras provincias de nuestro país, a quienes les hemos compartido y las hemos invitado a involucrarse con este ministerio.
Hoy, por Su gracia, somos más las mujeres que queremos que nuestros hogares sean el reflejo del corazón de Dios y Su plan redentor. Que El señor a través de esa gracia siga llamando a sus hijas de todo lugar. ¡Sólo a Dios la Gloria!
“El Señor es mi porción, he prometido guardar sus palabras”
Salmo 119:57
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