Proverbios 31:26 “Abre su boca con sabiduría”.
Habla con inteligencia, es una mujer instruida que ayuda a su esposo aconsejando.
Lo que sale de la boca indica lo que hay en el corazón. “De la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34)
De un corazón cariñoso salen palabras cariñosas.
Esta mujer tiene cuidado de lo que dice. Su boca no habla palabras de odio, bronca, resentimiento.
Esto suma un ingrediente muy necesario a su esposo. Todo lo que ella habla con él, lo hace con Temor a Dios y no es impulsada por su sentimiento y circunstancias.
Puede suceder que en algunos puntos no estés de acuerdo con lo que él te está diciendo, pero comienza a considerar lo que te dice, y darle valor a lo que él te habla, escucharlo pacientemente y después tu puedas hablar, pero siempre que surja de una relación en amor.
Santiago 3:17: “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”.
MacArthur :
“Sabiduría es amable” : El significado mas aproximado tiene que ver con el carácter de una persona dulce, y razonable que esta dispuesta a someterse a toda clase de maltrato y dificultad, con una actitud de humildad amable y tranquila sin pensamiento alguno de odio y venganza.
La mujer sabia aplica esta enseñanza de Santiago. La mujer ama la paz en la relación matrimonial. La mujer prudente mantiene en amor la armonía con su pareja, por supuesto sin conformarse a algún acto que desagrade a Dios. “El amor, todo lo soporta” (1 Corintios 13:7).
El amor impulsa a usar la sabiduría siempre para el bien. La mujer debe usar la sabiduría por amor a su esposo y no parar hasta ayudarlo a encontrar la solución de sus problemas.
Lo que hablamos afecta a nuestros esposo. Y realmente podemos lastimar mucho con nuestra boca.
Debemos pedir a Dios sabiduría para saber resolver cualquier problema o inconveniente que surja con tu esposo.
Aun en el momento mas critico, podemos amar, mantener la calma y confianza en Dios. Eso muestra nuestro amor a Dios a nuestro esposo.
Debemos amar a Dios y agradarle a través de nuestras contestaciones, esa pasión debe ser mayor y mas fuerte que mi amor propio, que mi carácter.
Este es un desafío, proponte cada día abrir tu boca con sabiduría, por supuesto dependiendo de Dios.
Tenemos solo una salida a nuestro desafío, frente a esta semejante demanda de amor. La dependencia absoluta de Dios.
Esta dependencia podemos lograrla orando. Si oramos por nuestro esposo nuestra mente y corazón estarán mas pendientes de él.
Debemos mantenernos en oración continua y acallar todas esas voces que nos inclinan a nuestra vanidad, ego y autosuficiencia.
Orar restablece la unidad.
“Dejemos que la vida de la vid fluya por los pámpanos. Que este fruto del amor se vea en nosotras. y oremos: “Señor, vive tu vida por medio de mi”. William MacDonald
Juan 15:5. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
El Espíritu Santo produce en la vida del cristiano una sola clase de fruto, el carácter del Señor en nuestra conducta.
Habla con inteligencia, es una mujer instruida que ayuda a su esposo aconsejando.
Lo que sale de la boca indica lo que hay en el corazón. “De la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34)
De un corazón cariñoso salen palabras cariñosas.
Esta mujer tiene cuidado de lo que dice. Su boca no habla palabras de odio, bronca, resentimiento.
Esto suma un ingrediente muy necesario a su esposo. Todo lo que ella habla con él, lo hace con Temor a Dios y no es impulsada por su sentimiento y circunstancias.
Puede suceder que en algunos puntos no estés de acuerdo con lo que él te está diciendo, pero comienza a considerar lo que te dice, y darle valor a lo que él te habla, escucharlo pacientemente y después tu puedas hablar, pero siempre que surja de una relación en amor.
Santiago 3:17: “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”.
MacArthur :
“Sabiduría es amable” : El significado mas aproximado tiene que ver con el carácter de una persona dulce, y razonable que esta dispuesta a someterse a toda clase de maltrato y dificultad, con una actitud de humildad amable y tranquila sin pensamiento alguno de odio y venganza.
La mujer sabia aplica esta enseñanza de Santiago. La mujer ama la paz en la relación matrimonial. La mujer prudente mantiene en amor la armonía con su pareja, por supuesto sin conformarse a algún acto que desagrade a Dios. “El amor, todo lo soporta” (1 Corintios 13:7).
El amor impulsa a usar la sabiduría siempre para el bien. La mujer debe usar la sabiduría por amor a su esposo y no parar hasta ayudarlo a encontrar la solución de sus problemas.
Lo que hablamos afecta a nuestros esposo. Y realmente podemos lastimar mucho con nuestra boca.
Debemos pedir a Dios sabiduría para saber resolver cualquier problema o inconveniente que surja con tu esposo.
Aun en el momento mas critico, podemos amar, mantener la calma y confianza en Dios. Eso muestra nuestro amor a Dios a nuestro esposo.
Debemos amar a Dios y agradarle a través de nuestras contestaciones, esa pasión debe ser mayor y mas fuerte que mi amor propio, que mi carácter.
Este es un desafío, proponte cada día abrir tu boca con sabiduría, por supuesto dependiendo de Dios.
Tenemos solo una salida a nuestro desafío, frente a esta semejante demanda de amor. La dependencia absoluta de Dios.
Esta dependencia podemos lograrla orando. Si oramos por nuestro esposo nuestra mente y corazón estarán mas pendientes de él.
Debemos mantenernos en oración continua y acallar todas esas voces que nos inclinan a nuestra vanidad, ego y autosuficiencia.
Orar restablece la unidad.
“Dejemos que la vida de la vid fluya por los pámpanos. Que este fruto del amor se vea en nosotras. y oremos: “Señor, vive tu vida por medio de mi”. William MacDonald
Juan 15:5. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
El Espíritu Santo produce en la vida del cristiano una sola clase de fruto, el carácter del Señor en nuestra conducta.
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