Si anhelamos cosas grandes para nuestro hijos, debemos estar dispuestas a trabajar duro en ello.
Proverbios 22:6: “ Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Por lo que vemos tenemos una tarea dada por Dios y es instruir a nuestros hijos por su camino. Esta tarea requiere mucho amor de parte nuestra.
El Señor nos ayude a cumplir esta tarea. Tomemos consciencia, al dirigir a nuestros hijos por el camino correcto desde pequeños, lograremos que aun siendo mayores sigan la misma dirección. Para ellos debemos trabajar con mucha disciplina muriendo a saciar nuestra hambre de ser el centro y confiando plenamente en la obra que Dios puede hacer en ellos. Educarlos con palabras de amor, disciplina en amor, creyendo en amor que Dios hará su labor.
1 Corintios 13:7: “El amor todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.
El amor nunca se da por vencido, no dice: " Mi hijo, no merece que lo ame así".
El amor se mantiene firme en toda circunstancia, nunca pierde la fe.
Debemos creer esta gran promesa que El nos ha dejado:
“Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. (Proverbios 22:6).
Seria muy interesante y bueno programar como trabajar en mi hijo.
Debemos decidir amar a nuestros hijos de la manera que nos lo enseña la Palabra. Nuestras emociones pueden ser un gran impedimento a la hora de cumplir el perfecto plan del Señor.
El amor es más que un sentimiento cómodo y lindo, es una muerte clara a nuestros deseos.
Para poder poner en práctica el amor hacia nuestros hijos, es muy necesaria la disciplina en amor hacia ellos, es por medio de la disciplina que los podemos llevar, guiar por el camino correcto.
Proverbios 22:6: “ Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Por lo que vemos tenemos una tarea dada por Dios y es instruir a nuestros hijos por su camino. Esta tarea requiere mucho amor de parte nuestra.
El Señor nos ayude a cumplir esta tarea. Tomemos consciencia, al dirigir a nuestros hijos por el camino correcto desde pequeños, lograremos que aun siendo mayores sigan la misma dirección. Para ellos debemos trabajar con mucha disciplina muriendo a saciar nuestra hambre de ser el centro y confiando plenamente en la obra que Dios puede hacer en ellos. Educarlos con palabras de amor, disciplina en amor, creyendo en amor que Dios hará su labor.
1 Corintios 13:7: “El amor todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.
El amor nunca se da por vencido, no dice: " Mi hijo, no merece que lo ame así".
El amor se mantiene firme en toda circunstancia, nunca pierde la fe.
Debemos creer esta gran promesa que El nos ha dejado:
“Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. (Proverbios 22:6).
Seria muy interesante y bueno programar como trabajar en mi hijo.
Debemos decidir amar a nuestros hijos de la manera que nos lo enseña la Palabra. Nuestras emociones pueden ser un gran impedimento a la hora de cumplir el perfecto plan del Señor.
El amor es más que un sentimiento cómodo y lindo, es una muerte clara a nuestros deseos.
Para poder poner en práctica el amor hacia nuestros hijos, es muy necesaria la disciplina en amor hacia ellos, es por medio de la disciplina que los podemos llevar, guiar por el camino correcto.
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