Ir al contenido principal

Una Jovencita obediente o caprichosa

“Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.” Colosenses 3:20

Si una jovencita desea madurar, tiene que aprender primero a ser obediente. Toda su vida será gobernada, no por capricho o placer - sino por derecho y deber. Las primeras lecciones de obediencia las aprenderá en casa. Ella debe darse cuenta de que todas las cosas no son para su conveniencia personal y placer - sino para aprender su parte en el servicio, la moderación y sacrificio - y que en el hogar se puede ser ordenada y feliz obedeciendo.

Que las ordenes, reglas y principios bíblicos que sus padres le den, será para su bien y para ayudarla a construir un buen carácter - aunque algunas de ellas le parezcan duras e innecesarias, y que interfieren con sus deseos y planes - y aunque sienta la tentación de no querer tomarlas en cuenta, y las vea como un obstáculo, y se sienta atada e infeliz al no poder llevar a cabo sus deseos egoístas- la joven se debe dejar enseñar y prestar atención a las órdenes dadas, ya sean razonables o no para ella, porque todo esto será para su propio bienestar.

La obediencia no disminuye con la edad. Tampoco es un simple requisito de la infancia – La jovencita debe aprender que será esclava del deber hasta el fin. Debe aprender a ser obediente desde pequeña, y no seguir los dictados y caprichos de su propia voluntad egoísta, para cuando el deber les llame no se vea presionada por todos lados, encontrando su vida dura y desdichada, pues esto es lo que el Señor quiere que se evite. Y es que la obediencia es tan útil y necesaria hasta los últimos años de vida.

Útil, para la jovencita que no es cristiana, para cuando ella por diversos motivos ya no viva bajo el cuidado de sus padres cristianos – la mejor herencia dada- sea que ella sea respetuosa, disciplina, ordenada, y capaz en cualquier lugar y circunstancia. 


Útil, para la jovencita cristiana, que ha aprendido a ser obediente estando bajo la tutela de sus padres cristianos, para cuando viva sin ellos al encargarse de sus propias responsabilidades y el deber sea más fuerte - ella se encuentre preparada, será exigente y obediente tendrá un corazón feliz y dispuesto al cumplir sus responsabilidades sobre sí misma, en su familia, sus amigos, su iglesia, su comunidad, y para con su Dios.


Para terminar el gran deber de los hijos es obedecer a sus padres. La obediencia comprende la reverencia interna y los actos externos, y en toda época la prosperidad ha acompañado a los que se distinguen por obedecer a sus padres y a los mandatos divinos dados por Dios, esto les permitirá tener una buena conciencia y paz en el corazón satisfacción que nada podrá destruir. Y podrá cruzar sus manos por la noche sabiendo que durante todo el día ha sido obediente y actuado rectamente ante Dios – y será el orgullo y alegría de sus padres, encontrando en la vida una alegría y tranquilidad que nadie más le puede dar. 

“El hijo sabio alegra al padre, Pero el hijo necio es tristeza de su madre.” Prov 10:1

Comentarios

Entradas populares de este blog

Considera los caminos de su casa

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:27  “Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde”. En otra versión dice:  “Ella observa, vigila como van las cosas en su familia, y el pan de la ociosidad no comerá.”  Podemos observar que esta mujer además de ser cuidadosa de su hogar, rechazaba una actitud de pereza, no perdía el tiempo, no lo gastaba inútilmente. Todo lo que tenía era por su esfuerzo, trabajo y diligencia, no es que lo que recibía venía de la nada. Esta mujer es consciente de que su trabajo es importante y no solo para ella, sino que su velar y vigilar la ayuda a tener un buen fruto en sus hijos y esposo.  Ella no come del pan que no se ha ganado con esfuerzo.  Juan 6:27 "Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre" Ella lucha por la vida que permanece para vida eterna. Clamemos a Dios que Él abra nuestros ojos para

Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada y su marido también la alaba

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:28: “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba” La mujer piadosa es una mujer dichosa, feliz y bendecida. Esta mujer busca primeramente el reino de Dios, y todas las cosas le son añadidas (incluida la felicidad), como leemos en Mateo 6:33: “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. La dicha, o el ser feliz es un subproducto de honrar al Señor y de ponerlo a ÉL primero antes que cualquier otra cosa, aun antes de nuestra propia vida. Los que buscan la felicidad y hacen ésta su meta, nunca la encontrarán. Los que buscan al Señor encuentran en Él su verdadera felicidad, lo encuentran TODO. No sólo felicidad en esta vida, sino una corona de gloria en la venidera. ÉL satisface, llena el corazón que está consagrado a ÉL. Él es el tesoro. Esta es la primera y única imagen que tenemos de los hijos de la mujer de proverbios 31, ya con estas simples palabras o con estas

El encanto es engañoso y la belleza no perdura

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:30 “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura, La mujer que teme a Jehová, esa será alabada” La apariencia física de la “Mujer virtuosa” nunca se menciona, lo que si leemos de ella, es su belleza interior, su carácter piadoso, su sumisión a Dios, su amor a su familia, su disciplina, su gran amor a Dios, pero su atractivo físico nunca se nombra.  Es una mujer bella por su personalidad temerosa a Dios, guardia de su familia, buena administradora... y todo lo que hemos visto hasta ahora. Este pasaje habla de la belleza, pero no como a lo que el mundo llama belleza. Es totalmente opuesto. Nos muestra que el encanto es engañoso y la belleza no perdura. Engañosa: es un fraude, no vale nada, es falaz. Proverbios 11:22: “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo Es la mujer hermosa y apartada de razón”. La belleza que cubre, que engaña, no es verdadera belleza. El encanto y la belleza física, tales cosas son una ilusión fugaz momentánea, pueden atraer