Ir al contenido principal

La Mujer Cristiana no es superficial

En 1 Timoteo 2:9,10. Dice:
-"Así mismo que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas o vestidos costosos,
-Sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que profesan la piedad".


 Las mujeres del primer siglo 
hacían gala de su riqueza y belleza, estas se ataviaban de “vestidos costosos” al hacerlo atraían la atención hacia ellas y distraían a los demás en lugar de enfocarse en el Señor.
El apóstol Pablo se propuso prohibir el hacer alarde de sus riquezas e impedir que distrajeran a la congregación con sus extravagancias, ostentosamente, con vanidad en el culto al Señor.
Estas mujeres adornaban muchas veces sus peinados con oro y perlas u otras joyas para llamar la atención.
Cabe decir que Pablo no estaba en contra de ninguna de estas cosas, a que la mujer cristiana no deba vestir bien o usar elementos de belleza, no es como algunos legalistas enseñan y han hecho creer a las mujeres de su congregación, motivando al descuido y desarreglo personal, descuidando así un ornato arreglado, limpio, decente, modesto.

Cabe mencionar también que existen congregaciones, donde se hacen más énfasis en lo externo haciéndolas creer que porque son princesas de Dios deben vestirse con lo mejor y como quieran, haciendo de su congregación un desfile con lo último de la moda, llegando a vivir la excentricidad, superficialidad, orgullo y vanidad que el apóstol exhorto en sus tiempo.

El apóstol enseña a la mujer creyente a vestirse con decoro en orden, pudor, decencia y modestia. Porque aun nuestro vestir y arreglo personal se debe hacer como para honrar y agradar a Dios y no a los hombres.
Esto es lo que caracteriza a una mujer cristiana. Diferente a las mujeres que no conocen a Dios que viven en apariencias, orgullo, egoísmo, vanidad, impulsivas cuyos pensamientos están centradas en las cosas del mundo y no en las cosas de Dios.

Vers 10- Las mujeres cristianas deben mantener una actitud modesta y decente, en todo momento, pero especialmente durante el culto público de adoración.

Procurar ataviarse de los mejores adornos que son las buenas obras que son más atrayentes que las apariencias externas.
Se debería gastar más tiempo y dinero en socorrer al pobre y al angustiado que en adornarse ellas mismas. Hacer esto en una forma inadecuada para su rango en la vida, y su profesión de piedad, es pecaminoso.

Recordemos que el día del juicio brillará una mujer cristiana «en alabanza, gloria y honor de Jesucristo» al cultivar un carácter humilde... Esto lo anunció ya Jesucristo cuando, refiriéndose a sí mismo, dijo:
«Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas» (Mat_11:29).

Hay buenos ejemplos de tales caracteres en el pueblo de Dios (Sara, Rebeca, Ruth, Ana) Ellas se adornaban con las mismas gracias de modestia, humildad y castidad.
Toda las mujeres a lo largo de la historia cristiana que verdaderamente brillaban con una belleza celestial tenían una cosa en común – era un vaciamiento de sí mismas. 
No pensaron en sus propias vidas.

Procuremos como mujeres cristianas mirar y examinar con qué intención voy a usar mi vestuario u ornamentos de cada día, así donde tengas que ir lo que más se aprecie sean tus virtudes y obras, porque recuerda que: “Engañosa es la gracia y vana la hermosura, pero la mujer que teme al Señor esa será a alabada”. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Considera los caminos de su casa

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:27  “Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde”. En otra versión dice:  “Ella observa, vigila como van las cosas en su familia, y el pan de la ociosidad no comerá.”  Podemos observar que esta mujer además de ser cuidadosa de su hogar, rechazaba una actitud de pereza, no perdía el tiempo, no lo gastaba inútilmente. Todo lo que tenía era por su esfuerzo, trabajo y diligencia, no es que lo que recibía venía de la nada. Esta mujer es consciente de que su trabajo es importante y no solo para ella, sino que su velar y vigilar la ayuda a tener un buen fruto en sus hijos y esposo.  Ella no come del pan que no se ha ganado con esfuerzo.  Juan 6:27 "Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre" Ella lucha por la vida que permanece para vida eterna. Clamemos a Dios que Él abra nuestros ojos para

Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada y su marido también la alaba

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:28: “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba” La mujer piadosa es una mujer dichosa, feliz y bendecida. Esta mujer busca primeramente el reino de Dios, y todas las cosas le son añadidas (incluida la felicidad), como leemos en Mateo 6:33: “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. La dicha, o el ser feliz es un subproducto de honrar al Señor y de ponerlo a ÉL primero antes que cualquier otra cosa, aun antes de nuestra propia vida. Los que buscan la felicidad y hacen ésta su meta, nunca la encontrarán. Los que buscan al Señor encuentran en Él su verdadera felicidad, lo encuentran TODO. No sólo felicidad en esta vida, sino una corona de gloria en la venidera. ÉL satisface, llena el corazón que está consagrado a ÉL. Él es el tesoro. Esta es la primera y única imagen que tenemos de los hijos de la mujer de proverbios 31, ya con estas simples palabras o con estas

El encanto es engañoso y la belleza no perdura

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:30 “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura, La mujer que teme a Jehová, esa será alabada” La apariencia física de la “Mujer virtuosa” nunca se menciona, lo que si leemos de ella, es su belleza interior, su carácter piadoso, su sumisión a Dios, su amor a su familia, su disciplina, su gran amor a Dios, pero su atractivo físico nunca se nombra.  Es una mujer bella por su personalidad temerosa a Dios, guardia de su familia, buena administradora... y todo lo que hemos visto hasta ahora. Este pasaje habla de la belleza, pero no como a lo que el mundo llama belleza. Es totalmente opuesto. Nos muestra que el encanto es engañoso y la belleza no perdura. Engañosa: es un fraude, no vale nada, es falaz. Proverbios 11:22: “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo Es la mujer hermosa y apartada de razón”. La belleza que cubre, que engaña, no es verdadera belleza. El encanto y la belleza física, tales cosas son una ilusión fugaz momentánea, pueden atraer