"En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que el nos amo a nosotros, y envío a su hijo en propiciación por nuestros pecados." (1 Juan 4:10)
La Palabra de Dios nos muestra en todo su contenido, que nada podíamos hacer nosotros para alcanzar la salvación. Ni siquiera queríamos ni podíamos, porque un muerto nada puede hacer. Por lo tanto, no teníamos la capacidad de amar a Dios. Fue Dios el que nos amo de su propia voluntad, para su gloria y para su honra a través de su amor, dando a su hijo para pagar el precio para nuestra redención. Efesios 2:1 nos dice: "Y el os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados."
El Apóstol Juan nos dice en 1 Juan 4:19: "Nosotros le amamos a el, porque el nos amo primero." En nuestra mente humana nosotros no podemos entender porque fuimos amados por Dios, y nunca seremos capaces de comprender la naturaleza de su amor. Solamente a través de la persona de Cristo obtenemos vida y la capacidad de responder en amor hacia el. Nuestra actitud debe ser de completa gratitud, adoración, obediencia y santidad. 1 Juan 5:11-12 nos dice: "Y el testimonio es este; que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida esta en su hijo. El que tiene el hijo tiene la vida, y el que no tiene al hijo de Dios, no tiene la vida."
Efesios 3:19 nos dice: "Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios." El enfoque del Apóstol Pablo en este versículo, es de que como creyentes alcancemos la plenitud de Dios a través de su amor en la persona de Cristo Jesus y de su Espíritu, el cual nos revela la grandeza de su amor, de su ser, de su gloria y de su majestad.
Amadas hermanas, aun como creyentes es difícil comprender la grandeza del amor de Dios, ya que El es inescrutable y nuestras mentes son finitas y pecaminosas. Pero gracias a Dios por la obra de Cristo a favor nuestro, que nos permite experimentar ese amor, recibirlo por fe y vivir cada dia agradecidos por ese regalo de gracia a nuestra vida y por el acto soberano de nuestro Dios y padre celestial. Es mi oración que nos unamos en una constante palabra de gratitud y alabanza a Dios por su amor que excede a todo conocimiento.
Dios les bendiga
Sandra
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