Ir al contenido principal

La sombra de la muerte


Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.
- Salmo 23
 Este salmo nos presenta un cuadro memorable de la bondad y la misericordia de Dios mostrada en su constante cuidado por su pueblo. Se han escrito libros acerca de las grandes verdades en esa conocida canción del pastor pero me concentraré solo en una imagen. Es la que salta a nuestra vista cuando escuchamos ese salmo en algún funeral: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”.

Las ovejas no pueden guiarse a sí mismas. Tienen que ser guiadas por un pastor para hallar alimento y el Señor es el pastor que nos alimenta. Las ovejas necesitan ser guiadas a aguas tranquilas, porque las agitadas aguas de los ríos y arroyos las pueden arrastrar y no pueden tomar de ellas. Las ovejas necesitan ser guiadas a lugares seguros. Necesitan ser protegidas por la vara y el cayado del pastor cuando están amenazadas por un peligro mortal, cuando están en la sombra de muerte.
 Como creyentes, nunca andamos en el valle de la muerte; andamos a través del valle de sombra de muere. ¿Qué piensa que quiso decir el salmista con eso? Una famosa historia contada por el gran predicador Donald Gray Barnhouse nos arroja luz al respecto.
 La muerte de la esposa del doctor Barnhouse los dejó a él y a su hijo de seis años en el hogar. Para él fue muy difícil pasar por esa experiencia dolorosa pero lo más difícil era consolar a su hija y explicarle la muerte. Un día estaban en una concurrida esquina en una intersección del centro de la ciudad esperando el cambio de luz. De repente un camión muy grande pasó a toda velocidad por la esquina, bloqueando brevemente el sol y atemorizando a la niña. A fin de consolarla, el doctor Barnhouse la cargó y en un instante, se abrió paso la sabiduría de Dios y pudo explicarle: “Cuando viste pasar el camión, te asustaste pero déjame preguntarte: ¿Te impresionaste por el camión, o más bien por la sombra del camión?”
 Ella respondió: “Por supuesto que por la sombra”. Él siguió explicando que, cuando: “Tu madre murió, solo fue golpeada por la sombra de la muerte porque Jesucristo fue golpeado por el camión (la muerte)” [James Hewett, Illustrations Unlimited[Ilustraciones ilimitadas], Wheaton: Tyndale House, 1988, p. 148]. La señora Barnhouse solo anduvo a través del valle de sombra de muerte, así que no tememos mal alguno para ella.
La muerte no es más que una pálida sombra para las ovejas del buen pastor. Como exclama el apóstol Pablo: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?...gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Co. 15:55, 57). El buen pastor nos protege de la muerte. Todos los días de nuestra vida nos siguen su bondad y su misericordia, mientras él cuida de nosotros, nos alimenta y pone aceite en nuestras heridas. Un día nos llevará para siempre a su mansión eterna.


Extraído del libro, “El corazon de la Biblia escrito por el Pastor John MacArthur y publicado por Editorial Portavoz.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Considera los caminos de su casa

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:27  “Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde”. En otra versión dice:  “Ella observa, vigila como van las cosas en su familia, y el pan de la ociosidad no comerá.”  Podemos observar que esta mujer además de ser cuidadosa de su hogar, rechazaba una actitud de pereza, no perdía el tiempo, no lo gastaba inútilmente. Todo lo que tenía era por su esfuerzo, trabajo y diligencia, no es que lo que recibía venía de la nada. Esta mujer es consciente de que su trabajo es importante y no solo para ella, sino que su velar y vigilar la ayuda a tener un buen fruto en sus hijos y esposo.  Ella no come del pan que no se ha ganado con esfuerzo.  Juan 6:27 "Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre" Ella lucha por la vida que permanece para vida eterna. Clamemos a Dios que Él abra nuestros ojos para

Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada y su marido también la alaba

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:28: “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba” La mujer piadosa es una mujer dichosa, feliz y bendecida. Esta mujer busca primeramente el reino de Dios, y todas las cosas le son añadidas (incluida la felicidad), como leemos en Mateo 6:33: “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. La dicha, o el ser feliz es un subproducto de honrar al Señor y de ponerlo a ÉL primero antes que cualquier otra cosa, aun antes de nuestra propia vida. Los que buscan la felicidad y hacen ésta su meta, nunca la encontrarán. Los que buscan al Señor encuentran en Él su verdadera felicidad, lo encuentran TODO. No sólo felicidad en esta vida, sino una corona de gloria en la venidera. ÉL satisface, llena el corazón que está consagrado a ÉL. Él es el tesoro. Esta es la primera y única imagen que tenemos de los hijos de la mujer de proverbios 31, ya con estas simples palabras o con estas

El encanto es engañoso y la belleza no perdura

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:30 “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura, La mujer que teme a Jehová, esa será alabada” La apariencia física de la “Mujer virtuosa” nunca se menciona, lo que si leemos de ella, es su belleza interior, su carácter piadoso, su sumisión a Dios, su amor a su familia, su disciplina, su gran amor a Dios, pero su atractivo físico nunca se nombra.  Es una mujer bella por su personalidad temerosa a Dios, guardia de su familia, buena administradora... y todo lo que hemos visto hasta ahora. Este pasaje habla de la belleza, pero no como a lo que el mundo llama belleza. Es totalmente opuesto. Nos muestra que el encanto es engañoso y la belleza no perdura. Engañosa: es un fraude, no vale nada, es falaz. Proverbios 11:22: “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo Es la mujer hermosa y apartada de razón”. La belleza que cubre, que engaña, no es verdadera belleza. El encanto y la belleza física, tales cosas son una ilusión fugaz momentánea, pueden atraer