por Verónica Vilugrón
"Su esposo es bien conocido en las puertas de la ciudad,
donde se sienta junto con los otros líderes del pueblo".
Proverbios 31:23
El Señor nos ha dado una responsabilidad muy grande y debemos influir en nuestro esposo, ser ayuda idónea para él.
Idónea significa una ayuda "ADECUADA".
La mujer y el hombre trabajan juntos para servir a Dios y al prójimo.
Dios creó un equipo que se complementa, cada uno realizando la tarea que Dios les confió.
Como mujeres debemos contribuir, como el ejemplo que nos deja Proverbios 31:23.
Esta mujer realiza el trabajo que tiene que realizar y logra que su esposo sea conocido, sea “exitoso” en su ambiente, con las personas que lo rodean.
El bien que ella le ha hecho a su esposo en lo oculto, en su hogar, lo hizo grande, o lo promovió delante del público.
Y esto debe llenarnos de esperanza, en lugar de verlo como un imposible.
Imposible sí, para nosotras, pero perfectamente fácil y adecuado para el Señor.
Entonces debemos hacer nuestra parte, ser fieles al Señor y confiar en sus pensamientos, y no en los nuestros.
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. Gálatas 6:9
Muchas veces, cambiar malos hábitos en nuestro hogar es lo que vemos más duro y difícil, y a veces imposible. Pero es en ese momento donde debemos acudir a la Palabra de Dios y ver qué dice al respecto, aprender cual debe ser nuestro comportamiento.
Necesitamos un milagro día a día, es por eso que es insensato y necio confiar en nosotras mismas y dejar de buscar al Señor, porque este camino es imposible de desarrollar lejos de la gracia de Dios.
"Su esposo es bien conocido en las puertas de la ciudad,
donde se sienta junto con los otros líderes del pueblo".
Proverbios 31:23
El Señor nos ha dado una responsabilidad muy grande y debemos influir en nuestro esposo, ser ayuda idónea para él.
Idónea significa una ayuda "ADECUADA".
La mujer y el hombre trabajan juntos para servir a Dios y al prójimo.
Dios creó un equipo que se complementa, cada uno realizando la tarea que Dios les confió.
Como mujeres debemos contribuir, como el ejemplo que nos deja Proverbios 31:23.
Esta mujer realiza el trabajo que tiene que realizar y logra que su esposo sea conocido, sea “exitoso” en su ambiente, con las personas que lo rodean.
El bien que ella le ha hecho a su esposo en lo oculto, en su hogar, lo hizo grande, o lo promovió delante del público.
Y esto debe llenarnos de esperanza, en lugar de verlo como un imposible.
Imposible sí, para nosotras, pero perfectamente fácil y adecuado para el Señor.
Entonces debemos hacer nuestra parte, ser fieles al Señor y confiar en sus pensamientos, y no en los nuestros.
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. Gálatas 6:9
Muchas veces, cambiar malos hábitos en nuestro hogar es lo que vemos más duro y difícil, y a veces imposible. Pero es en ese momento donde debemos acudir a la Palabra de Dios y ver qué dice al respecto, aprender cual debe ser nuestro comportamiento.
Necesitamos un milagro día a día, es por eso que es insensato y necio confiar en nosotras mismas y dejar de buscar al Señor, porque este camino es imposible de desarrollar lejos de la gracia de Dios.
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