"Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu." (Proverbios 16:18)
Nadie impresiona a Dios, por mas alto que sea el concepto que tenga de si mismo.
Que tan alto puede llegar la valoración que tiene el ser humano de si mismo? Quizá podría ser tan alto o mas alto que la estatua que levanto el rey Nabucodonosor.
La soberbia u orgullo no es una virtud como el humanismo nos ha hecho creer. La Biblia nos enseña que el orgullo es un terrible pecado que trae consecuencias devastadoras. Este pecado derriba a quien lo comete y también daña a quienes están cerca.
A través de la Biblia encontramos muchos ejemplos de quienes cayeron en tan horrible pecado. En todos ellos vemos las impactantes y negativas consecuencias. Por la Biblia, sabemos que Satanás es el origen y la esencia misma de este atroz pecado, fue el, el primero en pecar de esta manera y también fue el primero en ser quebrantado por ello. Adán y Eva, también cayeron en este pecado de soberbia y sufrieron la consecuencia de tan tremenda caída, consecuencia que también paso a toda la humanidad. Por la Palabra de Dios sabemos que esta caída rompió la comunión intima, e hizo una profunda separación del ser humano con Su Creador.
Como podemos ver, la mayor demostración de este pecado es creer y actuar como si no dependiéramos de Dios, es procurar vivir sin Dios. Es suponer que no se necesita a Dios y que cada persona puede vivir y hacer de su vida a su antojo y que no traerá consecuencias. Es creerse mas sabio que Dios y que se puede vivir separado de El y aun así, salir ganando.
Los creyentes, no estamos exentos del pecado del orgullo, Dios lo sabe y es por eso que nos habla fuertemente en Su Palabra y nos advierte las consecuencias.
"La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día. Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido."
(Isaias 2:11-12)
Es necesario examinarnos si hay en nosotros altivez, orgullo, soberbia y reconocer que es un pecado al cual Dios aborrece y con Su ayuda abandonarlo antes de que traiga caída y destrucción a nuestra vida. Necesitamos pedir al Señor que quite el orgullo que haya en nuestro corazón y que en su lugar nos de un corazón humilde.
RECORDEMOS QUE... Es necesario reconocer que todo lo que somos y tenemos, únicamente es por la obra, gracia y misericordia de Dios. Que dependemos de El en todo y para todo y que El es el único que merece toda la honra y gloria.
Dios les bendiga.
Zenovia G.
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