Santiago 5:7-8
Sed pacientes, pues, hermanos, hasta la venida del Señor. Mirad como el labrador espera que la tierra dé su valioso fruto y cuan pacientemente aguarda las lluvias de otoño y de primavera. Sed también vosotros pacientes y permaneced firmes porque la venida del Señor se acerca.
El agricultor debe esperar con paciencia que crezca lo que sembró; no puede apresurar el proceso. Pero no puede tomarse vacaciones en el verano y esperar que todo vaya bien en sus sembrados. Hay mucho por hacer para asegurar una buena cosecha. De igual manera, debemos esperar con paciencia el regreso de Cristo, ocupándonos en nuestro crecimiento y madures.
Santiago en estos versículos nos incita a ser pacientes y expresa su preocupación recurriendo a la repetición: usa el término paciencia cuatro veces seguidas (vv. 7 [dos veces], 8, 10 y dos veces emplea el concepto perseverar (v. 11). Y es allí donde Santiago pone el énfasis.
La paciencia es una virtud que pocos poseen y muchos buscan. Vivimos en una sociedad la cual le gusta vivir de una manera instantánea, todo lo quiere rápido, pero ser paciente, tal como Santiago usa la palabra, es mucho más que esperar pasivamente a que pase el tiempo. La paciencia es el arte de soportar a alguien, el hombre paciente controla su ira y no busca venganza.
Otra palabra que nos recuerda la paciencia es la longanimidad y no sólo quiere decir: aprender a sufrir durante cierto tiempo, sino tolerar a alguien durante largo tiempo.como creyentes debemos reflejar ese fruto como una virtud en nuestra vida diaria.
Proverbios 15.18
El hombre iracundo promueve contiendas; Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.
Entonces vemos que la paciencia no sólo es soportar, sino aprender a vivir bajo la precio diaria de cada día; llámense dificultades, y pruebas, agresiones lo que sea.
Santiago 1:2-3
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
Tanto el agricultor como el cristiano deben vivir por fe, con la mirada en el futuro, que será portador de recompensa por su trabajo. No debemos vivir como si Cristo nunca fuera a volver; sino Trabajando con fidelidad en la edificación de su reino, porque el Rey vendrá cuando el tiempo de la cosecha haya llegado.
Dios te bendiga
Gaby.
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