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¿Qué es la esencia del pecado?

Esencialmente, el pecado es una transgresión o violación de la ley de Dios. Esto lo podemos ver en 1 Juan 3:4 en donde Juan escribió, “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley”. En otras palabras, cualquier falta de conformidad al perfecto estándar moral de Dios es pecado.   Pero nuestro problema con el pecado va más allá de unos simples hechos de desobediencia que son solamente manifestaciones físicas de compulsiones carnales internas. La inclinación y orientación básica del hombre hacia la auto-gratificación – no obstante lo religioso o moral que aparezcamos en el exterior – es directamente hostil a Dios. Aún las buenas obras de un incrédulo fallan a cumplir la ley de Dios. ¿Por qué? Porque ellos son producidos por la carne, por razones egoístas, y de un corazón que está en rebelión contra Dios. Romanos 8:7 nos dice que el hombre natural está en enemistad con Dios – esto significa que él tiene un odio positivo hacia Dios...

Nos perdonó todos los pecados

Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz. -- Colosenses 2:13-14  Estos versículos presentan una imagen muy vívida, aun cuando el idioma es difícil de entender. Pablo usa conceptos legales del mundo antiguo. Cuando se crucificaba a una persona, se clavaban en la cruz la lista de sus delitos para que todos supieran la razón por la que se le castigaba. Cuando Jesús fue crucificado, los soldados clavaron una señal en la cruz que decía: “JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS” La acusación contra Jesús fue que Él era un rey, un rebelde contra el emperador romano y una ofensa a los judíos que estaban buscando un tipo diferente de rey. Este fue el delito por el que se le llevó a la muerte.   Pablo toma es metáfora de la acusación y dice que la lis...

La sombra de la muerte

Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días. - Salmo 23   Este salmo nos presenta un cuadro memorable de la bondad y la misericordia de Dios mostrada en su constante cuidado por su pueblo. Se han escrito libros acerca de las grandes verdades en esa conocida canción del pastor pero me concentraré solo en una imagen. Es la que salta a nuestra vista cuando escuchamos ese salmo en algún funeral: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno,...

Tres fases de la salvación

Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. - Filipenses 1:6  La obra que Dios ha comenzado en usted es la obra de salvación. Cuando Dios comienza esa obra en una persona, la termina. Pablo dijo una vez algo sorprendente acerca de la salvación: “ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos” (Ro. 13:11). ¿Cómo puede ser eso? ¿No recibimos nuestra salvación cuando creímos? Sí, la recibimos pero Pablo está hablando de la plenitud de nuestra salvación cuando Jesucristo venga y seamos transformados.   Para el cristiano hay tres fases de la salvación. Parte está en el pasado, cuando Jesucristo murió en la cruz y usted posteriormente creyó en Él. Otra parte está en el presente cuando el Espíritu sigue obrando en su vida para transformarlo y liberarlo del pecado. Y una tercera parte está en el futuro cuando esperamos ser transformados por completo y disfrutar de vida...

Cómo ser salvo

Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. -- Romanos 10: 9-10 Esta parte crucial de la Biblia expresa las dos cosas que usted debe hacer para ser salvo. ¿Cuál pudiera ser más importante? Lo primero que debe hacer es confesar con su boca a Jesucristo como Señor. Eso significa más que reconocer que Jesús es el Señor, más que decir que Jesucristo es Dios. Después de todo, Santiago 2:19 dice que hasta los demonios saben que Dios es el soberano del universo pero ese conocimiento no los salva. Confesar a Jesucristo como Señor quiere decir que Cristo es su Señor, su Soberano. Hacer esa confesión significa expresar en voz alta delante de los demás su profunda convicción personal, sin reservas, de que Jesucristo es su dueño y el soberano de su vida. Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a ...

Salvos por gracia

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. -- Efesios 2:8-9 Estos versículos aclaran la obra de salvación: Todo es por obra de Dios, no nuestra. Somos salvos por la gracia de Dios por medio de la fe. Todo es don de Dios. No somos salvos por medio de nuestras buenas obras, así que no tenemos razón para ufanarnos, como si ser cristiano fuera una proeza. La única manera de salvarse es por gracia, que es el favor inmerecido de Dios. Si lo mereciéramos, no sería gracia. No somos salvos porque hemos sido buenos, porque hemos hecho cosas buenas, o hemos ganado la salvación de alguna otra manera. La Biblia es clara al decir que no podemos ganar la salvación. Pablo escribió en Romanos 3:20: “por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de el”. Escribió en Gálatas 3:10 que quienes dependen de las buenas obras para ser salvos están bajo maldición y ninguno de nosotros puede guar...

No estamos solas

“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto” (ECLESIASTÉS 4:9-12) Bendiciones del compañerismo: Mejor pago por su trabajo:,  mejor productividad. Cristo envió a sus discípulos de dos en dos para compartir el evangelio. Ayuda en tiempos de crisis: Cuando vemos a un compañero desanimado podemos restaurarlo. Apoyo en momentos de aflicción: Cuando nos invade la tristeza, por estar pasando por alguna prueba, las palabras de aliento, nos dan calor , nos animan. Protección ante las presiones de la vida: Cuando sentimos la presión de los que nos critican por nuestra fe, o nos sentimos incapaces de realizar alguna tarea, la presencia de una hermana en...