Proverbios 31: 11
“El corazón de su marido esta en ella confiado”.
Proverbios 31:11 “Su marido puede confiar en ella, y ella le enriquecerá en gran manera la vida”. NTV
La confianza es el ingrediente esencial de cualquier matrimonio, y cuando la confianza se rompe la relación sufre pérdida.
Para ello necesitamos andar en amor, soportar, perseverar, trabajar.
Saquemos de la mente la idea que si amamos así y tomamos una actitud de muerte a nuestro yo, nuestro esposo se abusara. Es ahí donde el temor empieza a controlarlo todo. Pero la Palabra una vez más nos enseña, que si tenemos el amor del Señor, no vamos a perecer. En realidad el amor del Señor, ese amor perfecto es el que quita el temor de nuestras vidas.
1 Juan 4:18: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor”.
Como cristianas debemos luchar con nuestro egoísmo, luchar para que no tome autoridad en nuestra relación con nuestro esposo. Vivimos rodeadas de mujeres centradas en ellas mismas, viviendo para su propio bienestar egoísta, esto hace mas difícil ver el grave error que cometemos al poner toda nuestra mirada en nosotras.
¿Porque tenemos reglas tan livianas para nosotras y tan altas para nuestro esposo? Porque somos sumamente egoístas.
Nuestra naturaleza nos lleva a concentrarnos en: lo que necesito, lo que me gustaría, hoy siento esto, mañana aquello, en todo nuestros deseos. Nos dedicamos constantemente a buscar el mayor bien posible para nosotras mismas. Es ahí cuando sufrimos perdida en nuestro matrimonio. “El amor, no busca lo suyo”. (1 Corintios 13:5).
No nos engañemos, no podemos tener actitudes egoísta y pensar que estamos actuando amorosamente con nuestro esposo.
La mujer virtuosa hace todo lo contrario, deja el egoísmo a un lado y piensa en el bien de su esposo, no solo un día, sino todos los días.
por Veronica Vilugron.
“El corazón de su marido esta en ella confiado”.
Proverbios 31:11 “Su marido puede confiar en ella, y ella le enriquecerá en gran manera la vida”. NTV
La confianza es el ingrediente esencial de cualquier matrimonio, y cuando la confianza se rompe la relación sufre pérdida.
Para ello necesitamos andar en amor, soportar, perseverar, trabajar.
Saquemos de la mente la idea que si amamos así y tomamos una actitud de muerte a nuestro yo, nuestro esposo se abusara. Es ahí donde el temor empieza a controlarlo todo. Pero la Palabra una vez más nos enseña, que si tenemos el amor del Señor, no vamos a perecer. En realidad el amor del Señor, ese amor perfecto es el que quita el temor de nuestras vidas.
1 Juan 4:18: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor”.
Como cristianas debemos luchar con nuestro egoísmo, luchar para que no tome autoridad en nuestra relación con nuestro esposo. Vivimos rodeadas de mujeres centradas en ellas mismas, viviendo para su propio bienestar egoísta, esto hace mas difícil ver el grave error que cometemos al poner toda nuestra mirada en nosotras.
¿Porque tenemos reglas tan livianas para nosotras y tan altas para nuestro esposo? Porque somos sumamente egoístas.
Nuestra naturaleza nos lleva a concentrarnos en: lo que necesito, lo que me gustaría, hoy siento esto, mañana aquello, en todo nuestros deseos. Nos dedicamos constantemente a buscar el mayor bien posible para nosotras mismas. Es ahí cuando sufrimos perdida en nuestro matrimonio. “El amor, no busca lo suyo”. (1 Corintios 13:5).
No nos engañemos, no podemos tener actitudes egoísta y pensar que estamos actuando amorosamente con nuestro esposo.
La mujer virtuosa hace todo lo contrario, deja el egoísmo a un lado y piensa en el bien de su esposo, no solo un día, sino todos los días.
por Veronica Vilugron.
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