#articulo por Veronica Vilugron
Deuteronomio 6:
“Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego.
Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio”.
Debemos tomar la decisión de darle la posibilidad a nuestros hijos que aprendan una enseñanza de la Palabra en cada circunstancia que les toque vivir. Ser nosotras quien se los recuerde.
Hay dos tipos de maneras de enseñar la Biblia a nuestros hijos, por medio de charlas que tengamos con ellos, pero también enseñamos en nuestro caminar, con la forma que decidimos vivir nuestro día a día.
Podemos empezar :
Primeramente debes dedicar tiempo a alimentar tu corazón para poder ser eficaz. Sin una preparación vas actuando conforme a la circunstancias, a ciegas. El amor considera la crianza como una gran responsabilidad que tiene que cumplir. La crianza puede llegar a ser, en amor, un éxito para nuestros hijos.
Cuan importante es la repetición en ellos. “El amor es paciente” . Necesitamos amor para convertir nuestro casa en un hogar de aprendizaje, donde los niños van adquiriendo conocimiento. Necesitamos paciencia para no cansarnos de repetirle la misma enseñanza.
Nos quejamos por tener que volver a explicarle a ellos lo mismo, nos frustramos que no sean ya lo que nosotros anhelamos que sean. Pero cuan importante es la repetición, una y otra vez. El amor tiene corazón de líder, de maestro. Cuantas veces nuestros hijos nos molestan cuando vienen a preguntar, en nuestro egoísmo muchas veces las dejamos para otro momento y en otros casos no volvemos a hablar del tema.
Que poco nos importan sus intereses. Debemos trabajar en nuestro carácter, tomar el lugar que Dios nos ha confiado de dirigir a nuestros hijos, por el camino correcto.
Esta tarea que Dios nos ha confiado también la encontramos en :
Proverbios 1:8: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre”.
y en: Proverbios 6:20: “Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre,
Y no dejes la enseñanza de tu madre·.
Estos versículos nos dejan bien en claro una de las tareas y responsabilidades que tiene la madre hacia su hijo, dirigir hacia el Señor. Todo lo que podamos aportar para la salvación de nuestros hijos, debemos hacerlo. Si los llevamos al Señor, tendremos seguridad en esta tierra y confianza eterna de salvación para ellos.
Todas sabemos que por medio de la enseñanza de la Palabra muchos ha sido y son salvos.
Romanos 10:17: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.
2 Timoteo 3:15: “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”.
La Palabra de Dios es capaz de hacer sabio a nuestros hijos para su salvación. Todo lo que le podamos enseñar de la Biblia los va capacitando para el día de Salvación.
Cuan importante es alimentarnos de la Palabra, amarla y vivirla. Eso es lo le daremos a nuestro hijos.
Debemos instruir por el camino correcto. Necesitamos apasionarnos con Dios y su Palabra y luego trabajar en ellos.
Deuteronomio 6:
“Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego.
Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio”.
Debemos tomar la decisión de darle la posibilidad a nuestros hijos que aprendan una enseñanza de la Palabra en cada circunstancia que les toque vivir. Ser nosotras quien se los recuerde.
Hay dos tipos de maneras de enseñar la Biblia a nuestros hijos, por medio de charlas que tengamos con ellos, pero también enseñamos en nuestro caminar, con la forma que decidimos vivir nuestro día a día.
Podemos empezar :
Primeramente debes dedicar tiempo a alimentar tu corazón para poder ser eficaz. Sin una preparación vas actuando conforme a la circunstancias, a ciegas. El amor considera la crianza como una gran responsabilidad que tiene que cumplir. La crianza puede llegar a ser, en amor, un éxito para nuestros hijos.
Cuan importante es la repetición en ellos. “El amor es paciente” . Necesitamos amor para convertir nuestro casa en un hogar de aprendizaje, donde los niños van adquiriendo conocimiento. Necesitamos paciencia para no cansarnos de repetirle la misma enseñanza.
Nos quejamos por tener que volver a explicarle a ellos lo mismo, nos frustramos que no sean ya lo que nosotros anhelamos que sean. Pero cuan importante es la repetición, una y otra vez. El amor tiene corazón de líder, de maestro. Cuantas veces nuestros hijos nos molestan cuando vienen a preguntar, en nuestro egoísmo muchas veces las dejamos para otro momento y en otros casos no volvemos a hablar del tema.
Que poco nos importan sus intereses. Debemos trabajar en nuestro carácter, tomar el lugar que Dios nos ha confiado de dirigir a nuestros hijos, por el camino correcto.
Esta tarea que Dios nos ha confiado también la encontramos en :
Proverbios 1:8: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre”.
y en: Proverbios 6:20: “Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre,
Y no dejes la enseñanza de tu madre·.
Estos versículos nos dejan bien en claro una de las tareas y responsabilidades que tiene la madre hacia su hijo, dirigir hacia el Señor. Todo lo que podamos aportar para la salvación de nuestros hijos, debemos hacerlo. Si los llevamos al Señor, tendremos seguridad en esta tierra y confianza eterna de salvación para ellos.
Todas sabemos que por medio de la enseñanza de la Palabra muchos ha sido y son salvos.
Romanos 10:17: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.
2 Timoteo 3:15: “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”.
La Palabra de Dios es capaz de hacer sabio a nuestros hijos para su salvación. Todo lo que le podamos enseñar de la Biblia los va capacitando para el día de Salvación.
Cuan importante es alimentarnos de la Palabra, amarla y vivirla. Eso es lo le daremos a nuestro hijos.
Debemos instruir por el camino correcto. Necesitamos apasionarnos con Dios y su Palabra y luego trabajar en ellos.
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