Los cristianos tenemos que darnos cuenta cuán importante es que nos conformemos a los principios divinos. El domino propio significa que nos alejamos del pecado y hacemos solamente lo que es correcto. La persona disciplinada conoce y entiende la ley de Dios y no hace nada que esté fuera de su límites. Pablo habla acerca del domino propio en 1 Corintios 9:24-27, donde usa una metáfora familiar para ilustrar la enseñanza: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengaís”. Todos los que corren en una carrera lo hacen con la intención de ganar; por eso corren. Los creyentes han sido llamados a una carrera (Gá. 5:7; Fil. 2:16; He. 12:1-2) y corren para ganar. ¿Qué es necesario para alcanzar la meta? Pablo nos dice en el versículo 25: “Todo aquel que lucha [participa en la competencia], de todo se abstiene”. Es decir, si una persona quiere experimentar la victoria, tiene que ser muy discipli