"Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré." (Lamentaciones 3:22-24)
Tener presente en nuestro corazón las promesas firmes y eternas de nuestro Dios, nos traen continuo aliento al alma.
El pecado siempre trae consecuencias. Hoy en día, así como en el tiempo de Jeremías, el pecado sigue siendo la causa de tanta calamidad, de tanta aflicción y sufrimiento. Somos desobedientes por naturaleza. Si vamos a los primeros versículos de Génesis nos damos cuenta que el primer pecado del hombre fue la desobediencia. Y aunque el Señor es un Dios de amor, también en un Dios Santo y Justo y no puede pasar por alto el pecado y por lo cual, castigo al hombre por quebrantar Su mandamiento.
En el tiempo de Jeremías, el pueblo también desobedece al Señor. Le dieron la espalda al Dios que los rescato con mano poderosa, liberándolos de la esclavitud de Egipto y esto también les trajo consecuencias graves.
Hoy en día, el ser humano continua en total rebeldía a Dios. Se complace viviendo en desobediencia al Creador y a Su Palabra. Como resultado, vemos las terribles consecuencias que esto ha traído y que muchas de las veces, al vivir en este mundo caído, los hijos de Dios somos alcanzados por ellas. El Señor seria justo si nos pagara conforme a nuestras obras. El seria justo si destruyera en un momento todo lo que con el solo mandato de Su voz fue creado.
Como podemos darnos cuenta, no es porque nosotros seamos buenos o porque seamos merecedores de algo, que Dios nos deja ver con cada amanecer la luz de un nuevo día, NO!, si no porque El es fiel a Su pacto...
En Su carácter esta el ser misericordioso.
Podemos tener absoluta seguridad que es por la pura misericordia de nuestro Fiel Dios que aun estamos con vida y mejor aun, que en Su misericordia nos ha dado vida eterna en Cristo. Sus misericordias son nuevas y permanecen firmes cada día. El Señor es la herencia segura de cada uno de aquellos que son sus hijos... Entonces ¿de que manera estamos correspondiendo a nuestro Dios por tanta misericordia?
"Mi porción es Jehová;
He dicho que guardaré tus palabras.
Tu presencia supliqué de todo corazón;
Ten misericordia de mí según tu palabra.
Consideré mis caminos,
Y volví mis pies a tus testimonios." (Salmos 119:57-59)
He dicho que guardaré tus palabras.
Tu presencia supliqué de todo corazón;
Ten misericordia de mí según tu palabra.
Consideré mis caminos,
Y volví mis pies a tus testimonios." (Salmos 119:57-59)
RECORDEMOS QUE... El creyente aguarda en obediencia al Señor y descansa confiadamente en Sus promesas, porque Dios es fiel, y Sus misericordias son firmes y permanentes.
La Palabra de Dios sea Luz en sus vidas.
Zenovia G
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