Ir al contenido principal

Viviendo una vida rendida

Uno de los himnos más amados de la iglesia fue escrito en 1874 por una mujer soltera llamada Frances Ridley Havergal. Escrito como una oración, cada línea se enfoca en  la dimensión  de  lo que significa ser consagrado a Cristo a plenitud.
Las siguientes preguntas tienen por objeto ayudarte a personalizar y aplicar este texto maravilloso. Te animo a que  tomes  tiempo para la reflexión profunda, la oración y la respuesta.
Mi vida Toma mi vida, y que sea consagrada a ti Señor.
• ¿He rendido mi vida de manera voluntaria, incondicional y de por vida a Cristo?
• ¿Estoy tratando de vivir esa entrega a diario?
• ¿Hay algún "compartimiento" de mi vida en el cual me estoy reservando el derecho de ejercer el control?
Mi tiempo Toma mi tiempo y mis días, y déjalos que fluyan en  alabanzas incesantes. 
• ¿Vivo haciendo el ejercicio consciente de que todo el tiempo es de Dios, o solo he reservado una parte de mi tiempo para la “categoría” espiritual de mi vida?
• ¿Aparto  tiempo cada día para la adoración, la oración y la devoción personal?
• ¿Estoy malgastando el tiempo en conversaciones sin sentido, inútiles o en entretenimientos?
• ¿Me resiento o impaciento cuando otros interrumpen mi horario, o cuando  enfrento  demandas imprevistas de mi tiempo?
Mi cuerpo Toma mis manos, y deja que  se muevan impulsadas por tu amor. Toma mis pies, y deja que sean rápidos y hermosos para ti.
• ¿Estoy dándole todas las partes de mi cuerpo a Dios,  para que las use como instrumentos de justicia? (Romanos 6:13)
• ¿Puedo utilizar las partes de mi cuerpo para expresar la bondad y el amor de Cristo a los demás (por ejemplo, usando mis manos para servir, para tocar suavemente)?
• ¿Utilizo alguno de los miembros de mi cuerpo—ojos, oídos, manos, pies, boca—para pecar contra Dios (por ejemplo, robando, mintiendo, escuchando o repitiendo chismes,  infligiendo daño físico a mi pareja o a mis hijos, escuchando malas palabras , viendo pornografía,  o pecando sexualmente)?
Mi lengua Toma mis labios y déjalos  ser llenados por  tus mensajes.
 • ¿Las palabras que salen de mi boca revelan que mis labios y mi lengua están totalmente rendidos a Dios?
• ¿Tengo por habito verbalizar la bondad y la grandeza de Dios?
• Antes de hablar,  ¿pido al Señor,  que ponga en mi boca lo que Él quiere que  diga?
Mis posesiones Toma mi plata y mi oro, ni una pizca voy a retener.
• ¿Trato algunas de mis posesiones como si fueran mías y no de Dios?
• ¿Doy generosamente, con sacrificio, y con alegría para la obra del Señor y para los que están en necesidad?
• ¿Tengo algo de lo que  no estoy dispuesto a desprenderme, en caso de que  Dios   me lo pidiera o  demandara que lo dé a otro?
Mi mente Toma mi intelecto, y utilízalo cada poder como Tu elijas.
• ¿Estoy llevando cautivo todo pensamiento en obediencia a Cristo (2 Cor. 10:5)?
• ¿Estoy disciplinando mi mente para llegar a conocer mejor a Dios y Su Palabra?
• ¿Pienso  habitualmente en todo lo justo, lo amable, puro, de buen nombre, lo virtuoso y digno de alabanza (ver Fil. 4:8), en lugar de las cosas que son perjudiciales, negativas, impuras, o vanas?
Mi voluntad Toma mi voluntad y hazla tuya, que no sea más la mía.
• ¿Trato constantemente  de conocer y hacer la voluntad de Dios en los asuntos prácticos y cotidianos?
• Al leer la Palabra de Dios, ¿soy rápida en decir: "Sí, Señor", y hacer lo que dice?
• ¿Me someto a las autoridades humanas que Dios ha puesto sobre mí (civil, iglesia, casa, trabajo)?
Mis afectos Toma mi corazón, es tus manos,  que sea Tu trono real.
• ¿Estoy permitiendo que Cristo reine y gobierne sobre mis afectos, mis emociones y mis respuestas?
• ¿Me enojo y me dejo provocar con facilidad?
• ¿Están mis deseos, apetitos y anhelos bajo  el control de Cristo?
Mis relaciones Toma mi amor, mi Señor, pongo a tus pies mis tesoros.
• ¿Es mi deseo e intención  amar a Dios con todo mi corazón, por encima de todas mis relaciones terrenales? ¿Me gozo en buscar la amistad de Dios tanto como lo hago  con mis amistades humanas?
• ¿Amo a Dios más de lo que me amo a mí misma? ¿Pongo Sus intereses, Su reputación y Su placer por encima de los míos?
• ¿He rendido a Dios todos mis deseos, derechos y expectativas con respecto a mi familia?
• ¿Estoy dispuesto a sacrificar amistades, si fuese necesario, con la finalidad de obedecer el llamado de Dios en mi vida?
Yo misma Tómame, y ​ siempre seré sólo para ti.
• ¿He entregado todo lo que soy y todo lo que tengo a Dios?
• ¿Hay alguna parte de mi—relaciones,  posesiones,  emociones,  carrera,  futuro—que concientemente frenan el obrar de Dios en mi vida?
• ¿He resuelto  que el fin último de mi vida es agradar a Dios y traerle gloria?
Es posible que hayas expresado anteriormente tu deseo de rendirte totalmente  a Dios. O es posible que sólo ahora reconozcas lo que significa estar totalmente rendido a Él.  Cualquiera  que sea el caso, detente ahora mismo—si es posible—y cae de rodillas ante el Señor y ora: "Señor,  entrego cada parte de mi ser, todo lo que soy y todo lo que tengo—a Ti.”
Al orar estas palabras, visualiza el lugar donde estás de rodillas como un altar de sacrificio, y piensa en cada parte de ti misma que ofreces a Dios como un sacrificio vivo.
© Moody Publishers. Usado con permiso. Extraído de Rendición: El corazón en Paz con Dios por Nancy Leigh DeMoss. www.AvivaNuestrosCorazones.com

SOBRE EL AUTOR

Nancy DeMoss Wolgemuth

Nancy DeMoss Wolgemuth creció en una familia profundamente comprometida a Cristo y a la misión de la evangelización del mundo. A una temprana edad, ella rindió su vida a Cristo y a Su llamado al servicio de tiempo completo.
Nancy se graduó de la Universidad del Sur de California con un título en interpretación de piano y fue a servir como Directora de los Ministerios Primary Children en una gran iglesia local. Desde 1980, ella ha servido en el staff de Ministerios Life Action, un ministerio de reavivamiento establecido en Buchanan, Michigan. Hasta el 2001, ella se desempeñó como Directora del Ministerio de Mujeres y como editora de la revista Spirit of Revival.
Nancy ha tocado la vida de millones de mujeres a través de Aviva Nuestros Corazones (una extensión de Ministerios Life Action) y el Movimiento Mujer Verdadera, llamándolas a un avivamiento del corazón y a la feminidad bíblica. Su amor por la Palabra y el Señor Jesus es contagioso, y permea su alcance en línea, mensajes de conferencia, libros y dos programas de radio diarios de difusión nacional – Aviva Nuestros Corazones y Buscándole a Él conNancy Leigh DeMoss.
Es autora de quince libros, incluyendo Mentiras que las Mujeres CreenUn Lugar de Descanso Tranquilo y Buscándole a Él. Más de 2,000,000 de copias han sido vendidas, y continúan transformando los corazones y las vidas de las mujeres.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Considera los caminos de su casa

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:27  “Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde”. En otra versión dice:  “Ella observa, vigila como van las cosas en su familia, y el pan de la ociosidad no comerá.”  Podemos observar que esta mujer además de ser cuidadosa de su hogar, rechazaba una actitud de pereza, no perdía el tiempo, no lo gastaba inútilmente. Todo lo que tenía era por su esfuerzo, trabajo y diligencia, no es que lo que recibía venía de la nada. Esta mujer es consciente de que su trabajo es importante y no solo para ella, sino que su velar y vigilar la ayuda a tener un buen fruto en sus hijos y esposo.  Ella no come del pan que no se ha ganado con esfuerzo.  Juan 6:27 "Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre" Ella lucha por la vida que permanece para vida eterna. Clamemos a Dios que Él abra nuestros ojos para

Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada y su marido también la alaba

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:28: “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba” La mujer piadosa es una mujer dichosa, feliz y bendecida. Esta mujer busca primeramente el reino de Dios, y todas las cosas le son añadidas (incluida la felicidad), como leemos en Mateo 6:33: “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. La dicha, o el ser feliz es un subproducto de honrar al Señor y de ponerlo a ÉL primero antes que cualquier otra cosa, aun antes de nuestra propia vida. Los que buscan la felicidad y hacen ésta su meta, nunca la encontrarán. Los que buscan al Señor encuentran en Él su verdadera felicidad, lo encuentran TODO. No sólo felicidad en esta vida, sino una corona de gloria en la venidera. ÉL satisface, llena el corazón que está consagrado a ÉL. Él es el tesoro. Esta es la primera y única imagen que tenemos de los hijos de la mujer de proverbios 31, ya con estas simples palabras o con estas

Maridos, amad a vuestras mujeres.

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella... EL ESPOSO La cabeza del hogar Lo primero que debemos aceptar es que el hombre y la mujer son diferentes. Los hombres tienen cualidades masculinas, y las mujeres tienen cualidades femeninas. La estructura física misma del hombre es diferente desde las células de su cuerpo con sus 23 cromosomas. ... Hombres y mujeres difieren físicamente, emocionalmente, psicológicamente, mentalmente y relacionalmente. Dios diseñó al hombre primero y determinó que necesitaba una ayuda, entonces creó a Eva. De todos modos, ambos fueron creados a la imagen de Dios. “a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Esto los hace co-iguales bajo Dios. Dios claramente dio diferentes roles al esposo y a la esposa con un claro mandato al esposo. El es quien “ama a su esposa como Cristo amó a su iglesia” (Efesios 5:25), y él es quien “ama a su esposa como a su propio cuerpo (Efesios 5