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Mi amiga, Mi hermana

“En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia” Proverbios 17:17

Escuche alguna vez a una mujer no creyente decir que su mejor amiga era ”más que una hermana”, el valor y concepto que ella tenía por su amiga era en extremo.Y era por las diferentes circunstancias que ambas habían atravesado y compartido, decía que la una a la otra se animaban, reían, lloraban, cuando una de ellas se encontraba enferma se ayudaban y cuidaban, se enseñaban ciertas actividades que la una podía desconocer, decía que sus lazos eran mas profundos de lo que sentía por sus hermanas de sangre.

Me preguntaba ¿Y que hay de nosotras como cristianas?, ¡acaso no habla respecto a esto las Escrituras, no estamos llamadas por el Señor a fortalecer lazos de afectos cristianos que debemos tener unas a otras!...ya que solamente en el corazón de los redimidos descansa el verdadero amor que es leal, sincero, que proviene de Dios de Su esencia misma, pura y santa.
Que dicha que privilegio que Dios nos ha regalado a cada una de nosotras esa gracia en nuestras vidas como el amarnos no con un amor terrenal, que es fingido, hipócrita y condicional.

Por esto, toda mujer cristiana 
esta llamada a ayudar, y llevar las cargas de su hermana de corazón sincero, hacer el bien primeramente a las de la Iglesia del Señor, y orar las unas por las otras.
Ya que compartimos una misma fe, un mismo pensar, un mismo Espíritu, un solo Señor, un solo Padre y Dios.

Debemos amarnos entrañablemente 
como hermanas de sangre por medio de Jesucristo que es mejor que la sangre humana, y quitar todo molde de distanciamiento y animarnos a dar consolación, a quienes atraviesan circunstancias difíciles .

Nosotras nacimos para eso, estamos capacitadas, entrenadas y guiadas por el Señor, para cumplir todas las cosas que conciernen a una vida piadosa como hijas de Dios, como esposas como madres y cultivar ese lazo profundo con nuestras hermanas de amar en todo tiempo.

Dichosas aquellas que ya han cultivado y desarrollado este afecto con alguna hermana que a través de los años ellas se han animado, se han consolado en las pruebas y adversidades, han experimentado ganancias y pérdidas, alegrías, enfermedades, fidelidad, lutos, pobreza, abundancia, que a pesar de que pudo haber entre ellas un momento de disgusto no revelaron la intimidad ni secretos de la otra - su amor por ella no cambio; y cuando la otra parte actuó mal corrigieron en el momento adecuado y lo hicieron con palabras llenas de amor, bondad, sin doblez, ni chismes, siempre incondicionales, alegrándose así el alma con consejos sabios. Porque todo lo que hacen o dicen; no lo hacen ni lo dicen de sí mismas, sino de lo que las Escrituras enseñan. 

Esta clase de ayuda es como el perfume en el corazón que percibe lo que agrada a sus sentidos. Realmente que bueno es tener un amigo en tiempo de necesidad.

El consejo de una amiga - hermana en Cristo debe ser como dice el texto: “El ungüento y el perfume alegran el corazón, y dulce para su amigo es el consejo del hombre”. Proverbios 27:9.

Así como nuestro Señor Jesucristo, es un "amigo”, sobre toda su iglesia y como es el consejo de Cristo para nosotros un “buen olor de vida para vida”. Debemos ser nosotras.

La verdadera amistad debe estar dentro en la iglesia y no en el mundo, todas necesitamos una amiga esforcemos por cultivar lazos profundos de “más que hermanas”.

"Sea la clase de amiga fiel que la Biblia describe".

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