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No estamos solas

“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto” (ECLESIASTÉS 4:9-12)
Bendiciones del compañerismo: Mejor pago por su trabajo:, mejor productividad. Cristo envió a sus discípulos de dos en dos para compartir el evangelio. Ayuda en tiempos de crisis: Cuando vemos a un compañero desanimado podemos restaurarlo. Apoyo en momentos de aflicción: Cuando nos invade la tristeza, por estar pasando por alguna prueba, las palabras de aliento, nos dan calor , nos animan.
Protección ante las presiones de la vida: Cuando sentimos la presión de los que nos critican por nuestra fe, o nos sentimos incapaces de realizar alguna tarea, la presencia de una hermana en Cristo nos reconforta. Rendición de cuentas para mantener el rumbo: Cuando contamos con una hermana, compartimos nuestras luchas, nos exhortamos con la Palabra de Dios y oramos una por la otra, es una bendición para nuestras vidas. Cuando tienes con quien compartir estas bendiciones nuestro caminar en este mundo caído es más fácil. Si no has encontrado una compañera con la cual puedas compartir penas y alegrías en tu andar con el Señor, pídele a Dios que te la de. Seguramente hay alguien que te necesite también.
“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo Y amigo hay más unido que un hermano”. (Proverbios 18.24)
ROSY ROMO.

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