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Desafiando la derrota

Nancy Leigh DeMoss : ¿Quizás has cometido el error de pensar que una mujer creyente es una mujer debilucha? Piensas que si vas a ser una mujer cristiana, serás como un simple maniquí, una mujer sumisa que no tiene ningún cerebro, ni ideas, ninguna habilidad; incompetente, sin destrezas. Eso es lo que el mundo nos dice que una mujer piadosa.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.
Durante las tres pasadas semanas, hemos estado escuchando sobre una mujer que trabaja arduamente. Ella tiene habilidad para los negocios. Ella proporciona la ropa necesaria para su familia y la prepara para el futuro. Hemos descrito a esta mujer en Proverbios 31, Nancy ha estado describiéndola verso-a-verso. En la medida que la estudias, podrías parecerte cada vez más a esta mujer, no importa cuán débil y desalentada te sienta a veces. Nancy te explicará cómo.
Nancy: Estoy agradecida por aquellas que toman de su tiempo para escribirnos a Aviva Nuestros Corazones para dejarnos saber como Dios está usando este ministerio en sus vidas y como están creciendo. Y también estoy agradecida por aquellas que escriben y comparten con nosotros cómo están luchando. Eso me ayuda para saber cómo orar por las que están escuchando este programa y para saber cuáles son algunas de las áreas sensibles. Yo sé que si una mujer escribe y dice, “yo estoy luchando con esto”, probablemente ella está representando muchas otras que pudieran estar también luchando con el mismo asunto.
Y mi corazón se conmueve por aquellas mujeres que escriben y comparten temas importantes sobre sus luchas en su andar con el Señor. Y a propósito quiero que sepan que cuando he compartido algún tema con ustedes es porque he tenido la autorización previa de la persona para compartirlo.
Nosotros solicitamos el permiso, y lo obtenemos antes de leer algo como lo que les voy a estar leyendo ahora, de una mujer que escribió recientemente y dijo:
“Me encontré a mí misma que no podía dormir, he estado despierta desde las dos de la madrugada y ahora son las 3:45 a.m. mi mente sigue ofuscada mientras sigo pensando en todos mis problemas. La casa se traga todo el dinero — es como un barril sin fondo: Carros, finanzas, los niños y parece como si no hubiera un final a todo esto, para las preocupaciones, la fatiga, el cansancio ,las presiones que parecieran nunca terminar. Hay una voz dentro de mí (es el Espíritu Santo) que me dice, ‘No permitas que las preocupaciones te controlen. Tu puedes confiar en Mí’.
Pero me ha sido muy difícil poder venir a Él y decirle todos mis problemas, (como si Él no lo supiera todo) porque Él me parece tan distante. Yo sé que debo ir al Señor. Pero no puedo sobreponerme a todo el desastre en el que se encuentra mi vida y como he vivido mi vida.
Yo soy una cristiana tan horrible que escasamente considero el poder llamarme cristiana. No paso ningún tiempo con Dios. Paso la mayor parte del tiempo corriendo lejos de Dios. Tengo ataduras, como en exceso y me he permitido hábitos que afectan mi vida: me quedo despierta hasta muy tarde, por lo que me siento fatigada todo el tiempo.
Me siento agobiada con todo lo que la vida me ha traído, y sé que no puedo manejarlo. Yo puedo decir que la palabra fracaso es lo que reina en mi vida en estos momentos. Yo comencé este viaje con el Señor hace 22 años, en un principio andaba en tierra firme, mas ahora me siento como si estuviera en arena movediza.”
Y mientras escuchaba a esta mujer —yo reconozco que ella representa a tantas mujeres en el día de hoy que están luchando contra el fracaso, el desánimo, la frustración; que están tratando de salir del pozo de la desesperación y sin embargo sienten que están cayendo aún más hondo.
Ahora, hemos estado estudiando Proverbios 31 durante varias semanas, hemos estado viendo a una mujer que representa el tipo de mujer que Dios quiere hacer de nosotras como mujeres cristianas. Entonces ¿cómo es que nosotras podemos transformarnos de sentirnos como esta mujer, fracasada, y frustrada y angustiada, sintiéndose sin salida en la vida—la casa, las finanzas, con los hijos? Solamente trata de sentir lo que siente esta mujer. Es como si todo se le estuviera viniendo encima. ¿Cómo es que podemos pasar de estos momentos, de esos días, de esas etapas de la vida y convertirnos en una como esta mujer que hemos estado leyendo en Proverbios capítulo 31?
Cuando leemos el versículo 25, nos describe a una mujer muy diferente a la mujer que acabamos de leer, la que nos envió el correo electrónico. El versículo 25 nos dice, “Fuerza y dignidad son sus vestiduras, y sonríe al futuro.”
En este pasaje no se nos dice mucho sobre la ropa que esta mujer usaba, pero aquí hay claramente algo que sí es importante en su guardarropa. Si tú fueras al armario de esta mujer y te preguntarás “¿cuáles son las piezas más importante que tenemos aquí? “Serían fuerza y dignidad” como parte de sus vestiduras.
Ahora la palabra fortaleza algunas veces se traduce en el Antiguo Testamento como “franqueza” o “poder” o “fuerza”. Alguna vez has cometido el error de pensar en una mujer creyente como una debilucha —como una mujer inútil? ¿No es esta la caricatura que ha querido pintar el movimiento feminista de las mujeres cristianas?
De ser una mujer cristiana, serás como un mero maniquí, una mujer sumisa que no tiene ningún cerebro, ni ideas, ninguna habilidad; incompetente, sin destrezas. De acuerdo al mundo una mujer santa es una inútil.
Sin embargo no me parece así cuando leo este pasaje de las Escrituras. En verdad, ¿sabías que se necesita coraje para ser una mujer de Dios? Se necesita fortaleza de carácter para ir en contra de las corrientes de pensamiento del mundo y para rechazar las formas engañosas e incorrectas de pensar que este mundo nos ha querido imponer, y poder decir: “yo voy a amar a mi esposo. Yo voy a amar a mis hijos, yo voy a ser una ama de casa”.
Se requiere coraje y fortaleza de carácter. Esto conlleva energía; esto conlleva poder. Esto requiere de un carácter interior desarrollado, y maduro. La fortaleza es parte de sus vestiduras. Ella no es una mujer débil. Ella es una mujer valiente. Una mujer clara. Ella es fuerte en el Señor. Fuerza y dignidad son sus vestiduras.
Y la palabra dignidad algunas veces es traducida “majestad, excelencia, o gloria que proviene de Dios”. Esto está hablando del carácter interno de esta mujer. Esa es su vestidura —eso es lo que a ella más le importa a ella. Aquí vemos a una mujer que no es débil o que siempre se está quejando. Ella no es de las mujeres que desgasta a otros, por el contrario es de esas mujeres que da de su energía. Ella no es controlada por sus circunstancias.
Nosotros sabemos que su esposo — y no importa cuán santo sea, no importa cuán fantástico sea— sabemos que es solamente un hombre que tiene sus debilidades y sus limitaciones. Y ella tiene que vivir con este hombre. Ella vive con hijos que no son hijos modelos desde que nacen, porque los hijos también son pecadores. Ellos necesitan ser entrenados; necesitan ser disciplinados y entrenados en los caminos del Señor. Así que ella vive con las mismas dificultades en su hogar que tú tienes que enfrentar en el tuyo.
Pero ella no se deja controlar por esas circunstancias. Ella es controlada por el poder del Espíritu Santo que mora dentro de ella y le da la fortaleza para responder con gracia cuando su adolescente está actuando como un adolescente; y cuando aun su esposo está actuando como un adolescente, y aun a veces ella misma, sin importar el tiempo del mes en que se encuentre, a veces ella siente el deseo de actuar como una adolescente. Sin importar lo que esté pasando a su alrededor. Ella está vestida con fortaleza y dignidad.
Ahora, esto no significa que ella no comete errores. No significa que ella no falle. Porque ella falla; pero sabe cómo levantarse de sus caídas, ella sabe que confesando sus pecados y apropiándose del perdón de Dios, ella puede levantarse y continuar. Sí, ella pudo haber dicho algo que no debió haber dicho. Se le fueron las palabras. Pero ella sabe recuperarse y volver a empezar. Ella procura el perdón y la reconciliación. Ella es una mujer cuya vestidura es fortaleza y dignidad.
Cuando pienso en una mujer como esta, yo pienso en María la madre de Jesús. Una pequeña descripción se nos ha dado en Juan capítulo 19 en la cruz del Calvario. Ahora, aquí vemos una mujer cuyo hijo, su primogénito, está siendo crucificado, la forma de ejecución más dolorosa en aquellos tiempos.
Ella sabía que Él era perfecto. Que Él no había hecho ni una sola cosa incorrecta; y aun así, aquí estaba Él siendo expuesto, desnudo, avergonzado y humillado ante todos los que le estaban mirando, muriendo como un simple criminal, sin haber hecho nada para merecerlo y ahí estaba su madre. Y tú esperarías encontrar una mujer desesperada en sollozos y lágrimas, con ataques de histeria a los pies de la cruz.
Pero no, esa no es la imagen que tenemos de ella. ¿Tú sabes lo que nos dice Juan en el capítulo 19? “Ahí parada en la cruz estaba Su madre, María” (Juan 19:25 parafraseado) Y esa pequeña palabra: “parada”. Ella estaba parada ahí. ¿Ahora, estaba ella triste? Sí. ¿Estaba ella afligida? Sí.
¿Estaba ella perpleja? Por supuesto. ¿Entiende ella completamente lo que está sucediendo? Probablemente no. ¿Pero es ella controlada por sus circunstancias? No. ¿Estaba ella siendo controlada por el poder del Espíritu de Dios obrando en su vida? Sí.
Así que ella está parada ahí, vestida de fortaleza y dignidad en medio de circunstancias que harían que muchas mujeres estuvieran bajo un ataque convulsivo de histeria. Ella no lo está. Ella no se ha dejado dominar por las circunstancias, porque hay un poder dentro de ella como mujer virtuosa —un poder de fuerza y dignidad.
¿Tú sabes dónde obtienes esa fuerza y esa dignidad? Eso proviene del Señor. No de las circunstancias, no de tu marido, no de tus hijos, no de tus padres, sino del Señor. El Salmo 96, en el versículo 6, nos dice que “Gloria y majestad están delante de Él; poder y hermosura en Su santuario”.
¿Tú quieres reflejar la belleza, la fortaleza, el honor, la majestad de Cristo en tu hogar, y en tus circunstancias? Entonces aprende a vivir en la presencia del Señor. Entra en Su presencia, sumérgete en Su Palabra.
Y tú dices, “Es que yo no tengo tiempo”. Entonces, busca el tiempo, haz el tiempo; encuentra el tiempo... Porque si no estás pasando tiempo a solas con Dios, contemplando Su Hermosura, tú nunca reflejarás Su hermosura. Tú nunca serás como Él. Nunca tendrás esa fortaleza y esa dignidad para enfrentarte a las presiones de la vida diaria si no estás viviendo en la presencia del Señor.
Cuando tú entras en Su presencia, te darás cuenta que Él comenzará a vestirte internamente, y entonces de una manera que no podrás hacer nada al respecto, saldrá de manera externa toda Su hermosura. Gloria y majestad están delante de Él; poder y hermosura en Su santuario.” (Salmos 96:6).
Señor ayúdanos a vivir en Tu presencia, a llenarnos de Tu Palabra, y ser llenas de Tu Espíritu, de forma tal Señor, que cuando seamos presionadas, lo que salga sea Tu belleza, Tus respuestas, Tus reacciones, Tu corazón. Vístenos oh Señor con Tu fortaleza y Tu dignidad, oro en el Nombre de Jesús, amén.
Annamarie: Tú puedes convertirte cada vez más en esa mujer que se describe en Proverbios 31 permaneciendo cerca de Dios y permitiendo que Su poder trabaje a través de ti. Dios usa Su Palabra para transformar tu vida, y yo espero que tu respondas al reto que Nancy nos ha estado haciendo en esta serie: Debes leer Proverbios 31 todos los días por 31 días.
Dios también usa maestras como Nancy Leigh Demos para ayudarnos a comprender Su Palabra. Es por esto que yo espero que ustedes puedan pasar un tiempo significativo en Proverbios 31 con Nancy.
Otra cosa que puedes hacer si estás buscando transformación en tu vida es asistir a una de lasconferencias de Mujer Verdadera. Visita AvivaNuestrosCorazones.com e infórmate cómo puedes ser parte de este evento próximamente.
Aquí está Nancy para continuar con el programa de hoy.
Nancy: Cuando nosotros comenzamos la serie de Proverbios 31, quiero decirles que algunas oyentes tuvieron que admitir que no sabían cómo se sentían con respecto a una serie sobre Proverbios 31.
Creo que esta serie fue muy significativa para algunas oyentes, de manera particular para aquellas que no crecieron en hogares donde pudieran aprender sobre el corazón y sobre los caminos de Dios. Otra mujer nos dijo:
“Mi mamá y mi papá se divorciaron cuando yo tenía seis años. Mi mamá nunca se volvió a casar y por el contrario se convirtió en una mujer cínica hacia los hombres. Yo, al igual que ella me he hecho independiente en todas las maneras y me ha sido difícil -no imposible- alcanzar abrazar el rol ilustrado en Proverbios 31. Gracias por guiarme, entrenarme e inspirarme. Yo he aceptado el reto de Proverbios 31 y este estándar ya está en mi corazón y en mi mente todos los días. No pasa un día de mi vida, donde yo no trato de sacar algo de sus enseñanzas para compartir con otros.
Esta señora se refería al reto de Proverbios 31, y si tú no has estado con nosotros desde el inicio, nosotros invitamos a nuestras radioescuchas a comprometerse a leer Proverbios 31 todos los días por 31 días. Yo creo que esto será una gran bendición para tu vida.
Otra mujer escribió: Gracias por el reto de Proverbios 31. Este capítulo, fue tan enriquecedor. Uno de los aspectos que más me impactó fue la misión de esta mujer virtuosa de prosperar a su marido de todas las formas posibles-emocionalmente, financieramente, físicamente y espiritualmente.
Mientras repaso este capítulo, ahora todo marcado en mi Biblia, hay tanto que Dios me ha enseñado que ha cambiado la manera que yo veía este capítulo. Yo me sentía desesperanzada por los estándares que se presentaban y lo que se esperaba de una mujer. Pero ahora tengo esperanza, encuentro aliento y entendimiento, y frecuentemente me refiero a este texto en mi tiempo de oración, aunque ya pasaron los 31 días.
Yo pienso que una de las cosas que Dios ha hecho a través este capítulo y estas enseñanzas en las vidas de tantas mujeres es darles toda una nueva perspectiva sobre la familia. Algunas de nuestras radioescuchas escribieron, para decir que habían encontrado un nuevo gozo y una libertad que nunca antes habían sentido al servir a sus familias.
Una mujer escribió:
Aviva Nuestros Corazones ha sido de una gran ayuda para mí, para poder comprender el rol de una mujer creyente. Yo crecí totalmente opuesta a lo que yo debía ser, y siempre me preguntaba por qué era que no me sentía bien como madre o como esposa. A través de la lectura de la Palabra y escuchando sus programas, ahora comprendo lo que he debido estar haciendo todos estos años. De nuevo he vuelto a gozarme en servir a mi familia, e incluso me he encontrado cantando y sonriendo mientras hago los quehaceres de la casa —¿se imagina usted eso? Yo quiero que sepan cuanto me ha cambiado este programa. Gracias de lo más profundo de mi corazón.
De igual manera hemos recibido cartas de mujeres que han recibido confirmación al haber tomado la decisión de permanecer en el hogar con sus hijos. Quisiera compartir una de esas cartas de manera particular con ustedes. Esta mujer nos escribió: “Gracias por ayudarme a confirmar la decisión de no trabajar a tiempo completo fuera del hogar. Mi esposo estuvo fuera del trabajo por un largo tiempo, y yo fui bendecida al conseguir una fantástica posición de tiempo completo, con un salario excelente.”
Y déjenme interrumpir aquí y decirles de otra mujer que me escribió y me dijo, “Yo no tengo opción al respecto. Yo amo quedarme en mi hogar con mi familia, y mis hijos; pero soy una madre soltera; y otra que escribe y dice ”financieramente no hay otra manera que podamos cubrir nuestros gastos, si no trabajo fuera del hogar”. Te puedo decir esto: “Somete esa situación al Señor, y confía en Él y Él dirigirá tus pasos; busca Su Palabra. Yo no soy Dios en tu vida. Y yo no te puedo decir cuál es la voluntad de Dios para tu vida. Pero Dios conoce tu corazón, y si Dios quiere que tú estés en casa con esos niños, Él va a buscar la manera de que tú puedas estar en casa con ellos. Pero siempre sigue la dirección del Señor en tu vida.
Bueno, pero esta otra mujer continúa diciendo, al haber obtenido este trabajo de tiempo completo:
“Yo disfrutaba de la seguridad e independencia, pero no me sentía tranquila de saber que estaba fuera del hogar por un período de tiempo tan largo. Aunque sabía que mi esposo estaba en la casa y que nuestros hijos estaban en buenas manos con su padre, sabía que ellos extrañaban tener a su madre con ellos.
Después de que mi esposo consiguió un trabajo estable, continué trabajando a tiempo completo para ayudar con las cuentas, pero esos meses fueron muy difíciles. Cuando llegó el verano, no podía ajustarme a la idea de que mi hijo de 17 años tuviera que cuidar a su hermanita de nueve años. Era injusto para ambos y no me parecía bíblico.” [Así que esta mujer tomó una decisión bien radical]. “Dejé mi trabajo, nos ajustamos al corte en nuestros ingresos, y he tenido contentamiento desde entonces con la ayuda de la Palabra de Dios.
Hubo otras áreas específicas donde el Señor habló al corazón de las mujeres mientras avanzábamos en las primeras porciones de Proverbios 31. Una mujer nos dijo:
Durante esta serie, yo me sentí tan convencida al escuchar tus enseñanzas sobre el tema de que las esposas no deben descuidar a los esposos sexualmente. Yo he buscado tantas excusas. Mi esposo se tornó amargo hacia mí, debido a mi negligencia sexual hacia él. Solamente hemos estado casados algo más de un año. Yo amo a mi esposo muchísimo, y quiero estar segura de hacer lo que Dios quiere que yo haga en este matrimonio. Voy a comenzar de nuevo hoy. Ahora quizás mi matrimonio pueda comenzar de nuevo y ser avivado. Por favor, oren por nosotros.
Y yo quisiera decir a esta oyente y a otros como ella, que sus matrimonios pueden ser avivados, y pueden comenzar de nuevo a través del arrepentimiento, la humildad y la fe, ya sea que haya estado casada un poquito más de un año o muchos años. Dios puede avivarte; Él puede avivar tu matrimonio.
Ahora, esta mujer nos pidió que oráramos por ella, déjame decirte, solo como recordatorio, que cuando recibimos peticiones de oración de este tipo nosotros oramos por ellas, no solamente eso sino que tenemos un equipo de oración, y tomamos estas peticiones de a una en una y las elevamos al Señor en oración. Esperamos que si tú tienes alguna carga específica en tu corazón, nos las envíes, que la llevemos individualmente ante el Trono de la Gracia.
Y aquí tenemos otra área específica en la que el Señor le ministró al corazón de una mujeres en la serie de Proverbios 31. Esta dijo:
El programa de hoy verdaderamente ministro a mi corazón. Lo que más me chocó fue cuando dijiste que dejáramos saber a nuestras madres cuán importantes ellas son para nosotras y cuánto apreciamos su sacrificio.
Tristemente, mi madre está en un hogar de ancianos, a la edad de 55 años. Ella tiene una enfermedad similar al Alzheimer y le ha robado toda su memoria de nosotros. Ahora soy madre de dos niños y quisiera poder ir y decirle cuánto me ha servido su ejemplo. Es mi oración que otras puedan seguir tu consejo y le digan a sus madres cuánto les aprecian pues no saben el tiempo que les queda con ellas y no quieren dejar de decirles esas palabras.
Qué buen reto se nos ha presentado al llegar hacia el final de esta porción de Proverbios 31, donde vamos a aprender que los hijos de esta mujer virtuosa se levantan y la llaman bienaventurada.
Bien, y hay muchas otras cartas que quisiera leer. Recibimos una de Malasia, de una mujer que dijo, yo leo Aviva Nuestros Corazones diariamente a través del internet. Voy a casarme en unos meses, y esta serie de La mujer contra-cultura ha abierto mis ojos. Ahora tengo más claro cuál es mi rol en el matrimonio, conforme a la voluntad de Dios.” Así que aquí vemos una mujer que ha sido retada que ha sido motivada a ser esa esposa que Dios quiere que ella sea.
Y quisiera finalizar con otra carta, que quizás expresa como te hayas sentido mientras escuchabas la serie de Proverbios 31 o en cualquiera de las series de Aviva Nuestros Corazones. Esta mujer nos dijo:
Yo estoy totalmente de acuerdo con lo que has dicho, pero mi pregunta es: ¿dónde comienzo? Me siento abrumada con la vida en general, sé que tengo que hacer cambios, pero no sé dónde empezar.
He perdido gran parte de mi vida siguiendo las ideas y las cosas del mundo, es hasta innecesario decir que mi vida no está en orden. Ahora veo que estoy equivocada, pero no sé dónde o cómo comenzar el cambio. ¿Podría alguien ayudarme para poder comenzar a caminar en la dirección correcta?
Solo puedo decirles, que si se sienten así en la medida en que piensan en esta mujer de Proverbios 31, que el lugar donde deben comenzar es yendo al Señor para decirle exactamente cómo se sienten. Dile, “Señor, mi vida es un desastre, estoy viviendo en un desorden. Y no sé ni dónde comenzar, pero quiero comenzar. Por favor, enséñame cómo hacerlo.”
Ayer, durante mi devocional estuve leyendo en Prov. 2: “que el Señor da la sabiduría y de Su boca viene el conocimiento y la comprensión.” (Prov.2:6 parafraseado). Luego que le preguntes al Señor qué hacer, déjame motivarte a buscar otra mujer creyente que sea madura, que ya haya caminado quizás por más tiempo con el Señor y en el Señor y pregúntale si quisiera discipularte. “¿Quisiera ser mi mentora?” Ella te permitiría hacerle preguntas. ¿Quisiera orar contigo? Pregúntale si pudiera ayudarte a comprender cómo dar los siguientes pasos para crecer en el Señor.
Creemos, que si te unes a nosotros en Aviva Nuestros Corazones durante las próximas semanas, encontrarás ideas prácticas que te ayudarán a dar los pasos correctos en tu viaje espiritual hacia la transformación de convertirte en la mujer que Dios te creó para fueses.
Annamarie: ¿No es alentador escuchar como Dios usa Su Palabra para transformar la vida de las mujeres? Hemos estado escuchando cómo las mujeres han sido grandemente transformadas por Proverbios 31 y las enseñanzas de Nancy a través del capítulo. La serie se titula La mujer contra-cultura. Quizás hayas pensado en alguien que se pudiera beneficiar al escuchar estas enseñanzas. ¡Cuéntales!
Hay muchas formas en las que puedes compartir este contenido. Al visitarAvivaNuestrosCorazones.com encontrarás opciones y diversos recursos como estos para compartir.
¿Cuán a menudo se ríe una mujer ocupada? Seguramente no lo suficiente. Averigua lo que dice Proverbios 31 sobre la risa en nuestro próximo programa, el lunes. Te esperamos en Aviva Nuestros Corazones.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries y mi mamá es una mujer verdadera.

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