Queridas lectoras de "Esposa Bíblica ", Hoy quiero compartir con ustedes unos principios basados en el libro de Isaías, que han impactado mi vida de manera profunda. Espero que también toquen sus corazones y les brinden fortaleza en su caminar cristiano. 1. Isaías 1:2-3. Rebelarse y no reconocer al Padre es no tener entendimiento He llegado a comprender que mi pecado me ha llevado a apartarme de Dios, y aun siendo creyente, caigo en este error. Pero sé que debo volver a Él, buscarle, conocerle, obedecerle y perseverar. Es hermoso ver cómo Dios tuvo misericordia de mí, me salvó y su misericordia sigue siendo continua en mi vida. 2. Isaías 1:13-14. Dios aborrece las buenas obras sin arrepentimiento genuino Vivir como Dios manda es fundamental, aunque no siempre es fácil. Puedo caer en la trampa de hacer cosas para Dios sin la actitud correcta. Debo cuidar mis intenciones y motivos porque Dios aborrece las obras que no vienen de un corazón arrepentido y que le ama de verdad. 3. ...
Y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.
Marcos 10:8...
Soy una sola carne con mi esposo. La unión sexual entre el marido y la mujer hace que dos personas lleguen a ser literalmente una: en cuerpo y alma. Con el transcurrir de los años, llegamos a ser cada vez más una sola carne pues hay un intercambio de alma, una apropiación mutua de la vida del otro.
Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó. (Génesis 1:27 NTV)
Éste pasaje destaca las diferencias de los géneros: fisiológica y función.
Comprender las diferencias nos ayudará a apreciar el mandato de Pablo en Efesios de "sumisión" y "respeto" a nuestro esposo.
Hechos a la imagen de Dios, el hombre y la mujer también son iguales, pero diferentes.
Iguales ante Dios como personas, se nos han dado funciones totalmente diferentes. En la relación del matrimonio, es el hombre quien lidera y la mujer quien se somete a su liderazgo.
Debemos disciplinarnos a fin de someternos a la voluntad de Dios para nuestra relación matrimonial: vivir como ayuda idónea de nuestro esposo, sujetarnos y respetar su posición, y desarrollar con gracia un espíritu afable y apacible. Esta es la voluntad de Dios en el evangelio.
(Extracto del libro "Atrévete a ser una mujer conforme al plan de Dios")
Marcos 10:8...
Soy una sola carne con mi esposo. La unión sexual entre el marido y la mujer hace que dos personas lleguen a ser literalmente una: en cuerpo y alma. Con el transcurrir de los años, llegamos a ser cada vez más una sola carne pues hay un intercambio de alma, una apropiación mutua de la vida del otro.
Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó. (Génesis 1:27 NTV)
Éste pasaje destaca las diferencias de los géneros: fisiológica y función.
Comprender las diferencias nos ayudará a apreciar el mandato de Pablo en Efesios de "sumisión" y "respeto" a nuestro esposo.
Hechos a la imagen de Dios, el hombre y la mujer también son iguales, pero diferentes.
Iguales ante Dios como personas, se nos han dado funciones totalmente diferentes. En la relación del matrimonio, es el hombre quien lidera y la mujer quien se somete a su liderazgo.
Debemos disciplinarnos a fin de someternos a la voluntad de Dios para nuestra relación matrimonial: vivir como ayuda idónea de nuestro esposo, sujetarnos y respetar su posición, y desarrollar con gracia un espíritu afable y apacible. Esta es la voluntad de Dios en el evangelio.
(Extracto del libro "Atrévete a ser una mujer conforme al plan de Dios")
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