Ir al contenido principal

El encanto es engañoso y la belleza no perdura

por Verónica Vilugrón
Proverbios 31:30
“Engañosa es la gracia, y vana la hermosura,
La mujer que teme a Jehová, esa será alabada”
La apariencia física de la “Mujer virtuosa” nunca se menciona, lo que si leemos de ella, es su belleza interior, su carácter piadoso, su sumisión a Dios, su amor a su familia, su disciplina, su gran amor a Dios, pero su atractivo físico nunca se nombra. 
Es una mujer bella por su personalidad temerosa a Dios, guardia de su familia, buena administradora... y todo lo que hemos visto hasta ahora.
Este pasaje habla de la belleza, pero no como a lo que el mundo llama belleza. Es totalmente opuesto.
Nos muestra que el encanto es engañoso y la belleza no perdura.
Engañosa: es un fraude, no vale nada, es falaz.
Proverbios 11:22:
“Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo
Es la mujer hermosa y apartada de razón”.
La belleza que cubre, que engaña, no es verdadera belleza.
El encanto y la belleza física, tales cosas son una ilusión fugaz momentánea, pueden atraer, pero no durar.
La verdadera piedad atrae una admiración y estima constante. Mucho más que el atractivo físico y un rostro hermoso.
Esto, el atractivo físico, puede llamar la atención y destacar superficialmente por un tiempo... pero la verdadera piedad es de estima a los ojos del Señor, y permanece, no se marchita, como le sucede a nuestros cuerpos.
Una vida piadosa y virtuosa recibirá su recompensa.
Proverbios 24:12
“Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos,
¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones?
El que mira por tu alma, él lo conocerá,
Y dará al hombre según sus obras”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Considera los caminos de su casa

por Verónica Vilugrón Proverbios 31:27  “Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde”. En otra versión dice:  “Ella observa, vigila como van las cosas en su familia, y el pan de la ociosidad no comerá.”  Podemos observar que esta mujer además de ser cuidadosa de su hogar, rechazaba una actitud de pereza, no perdía el tiempo, no lo gastaba inútilmente. Todo lo que tenía era por su esfuerzo, trabajo y diligencia, no es que lo que recibía venía de la nada. Esta mujer es consciente de que su trabajo es importante y no solo para ella, sino que su velar y vigilar la ayuda a tener un buen fruto en sus hijos y esposo.  Ella no come del pan que no se ha ganado con esfuerzo.  Juan 6:27 "Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre" Ella lucha por la vida que permanece para vida eterna. Clamemos a Dios que Él abra nues...

Filipenses 3:8,9

Filipenses 3:8,9 Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo y llegar a ser uno con él. Ya no me apoyo en mi propia justicia, La idea básica de felicidad de este mundo caído es que si perseguimos y alcanzamos estos 4 pilares (los planes, deseos, sueños y metas propios), seremos felices. “Presentar nuestros cuerpos en sacrificio” es clavar en una cruz esta idea básica (Juan 12:25). Pero, algo muy importante que debemos tener claro, es que NO se trata de abandonar algo superior por amor a algo inferior. Contrario a lo que quizás puedas imaginar, NO se trata de renunciar a tu felicidad, o algo que valoras mucho, por amor a Cristo. ¡NO! Cada vez que el piadoso "presenta su cuerpo en sacrificio” lo hace dejando algo inferior por algo superior. ¡Dios NUNCA te pide que renuncies algo superior por algo inferior! Fuente:  https:/...

La falibilidad y los profetas femeninos

Gracia a Vosotros ::  Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez La falibilidad y los profetas femeninos Código: B140317 John MacArthur En mi último artículo, comencé a considerar los comentarios de John Piper en el episodio 215 de la emisión del programa Pregúntele al Pastor John. Interactuando con sus afirmaciones interpretativas, el artículo se extendió bastante; por lo que decidí tener compasión por el lector, finalizar ese artículo y retomar donde quedé. Para ponerlo al corriente, aquí está la definición del don de la profecía que John da en el episodio 215: Yo considero [al don de la profecía] como algo que espontáneamente Dios trae a la mente en el momento; y ya que somos falibles en el modo en cómo lo percibimos y el modo en cómo reflexionamos acerca de eso y el modo en cómo lo expresamos, no tiene ese mismo nivel infalible, de autoridad de la Escritura.[1] Como lo he señalado anteriormente, esa es una desviación sustancial...