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Ama a tus hijos, disciplínalos en Dios

Al disciplinar a nuestros hijos, lo que logramos es hacerlos participantes de la Santidad del Señor. Es de esta manera que podemos ver la disciplina como un acto de amor. Claramente no tiene nada que ver con enojarnos, irritarnos y perder la calma.

Proverbios 3:12. “Porque Jehová al que ama castiga,
Como el padre al hijo a quien quiere”.

Toda disciplina debe hacerse con mucho cuidado y una explicación. Si estas enojada tienes que alejar a tu hijo de tu lado, calmarte y luego aplicar una disciplina para él.

Tenemos hijos quienes necesitan una dirección clara para seguir y somos nosotros quien debe dirigirlos. Cuando vemos que ellos salen de ese camino, debemos aplicar la disciplina.
Si dejamos que ellos decidan que camino seguir, estamos tomando una actitud cómoda, egoísta, de esta manera estamos motivando a nuestros hijos a vivir rebeldes, los alejamos del propósito de Dios.
Entonces los que realmente aman a sus hijos, se preocupan seriamente en disciplinarlos.

Proverbios 22:15 “La necedad está ligada en el corazón del muchacho;
Mas la vara de la corrección la alejará de él”.

Una vez mas leyendo su Palabra nos damos cuenta que la malicia en el niño es algo algo que sale naturalmente y debemos corregirlo.
Este versículo debe hacernos tomar conciencia del bien que hacemos al corregir a nuestros hijos. Nuestros niños están llenos de necedad, pero dice que la disciplina física la alejará de el.
La disciplina que empleemos en nuestros hijos, permitirá que ellos se alejen de toda necedad humana.
Que gran responsabilidad y amor debemos emplear en esta tarea.

Nuestro gran ejemplo de amor es Cristo. Nos disciplina en amor y por amor. (Hebreos 12:6-8).

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